Los expertos avanzan en el conocimiento de la biodiversidad de fauna y flora en Illas Atlánticas casi cada día, pero este paraíso natural también es el resultado de la presencia humana y de la interacción entre ambos. Un grupo de expertos del CSIC acaba de obtener un proyecto del Plan Nacional de I+D para estudiar los procesos de formación y cambio del paisaje cultural del parque nacional con una financiación de diez mil euros anuales hasta 2013.

"Hay que comprender que no es un espacio cien por cien natural, sino también social y cultural y que las prácticas sociales de cada grupo humano fueron dejando unas señales a lo largo del tiempo que hay que saber ver y entender", explica Paula Ballesteros, una de las participantes en el proyecto y miembro del Laboratorio de Patrimonio del CSIC, con sede en Instituto de Estudos Galegos Padre Sarmiento de Santiago.

La "singularidad" de esta iniciativa que partirá del presente hasta llegar a los primeros vestigios humanos en las islas reside en su interdisciplinaridad: "Es una aportación novedosa pues trabajaremos de forma global en antropología, arqueología, historia y condiciones ambientales y paleoambientales. Nos retroalimentaremos unos a otros".

La línea arqueológica del proyecto incluye episodios específicos dedicados a lugares abandonados como la aldea de Sálvora o yacimientos situados en el litoral y, por tanto, más vulnerables.

En una primera fase, los investigadores se centrarán en la identificación del patrimonio del parque mediante la obtención de datos, recopilación de documentación (histórica, moderna y contemporánea), tareas de protección arqueológica y trabajos de observación participante, esto eso, convivencia con los habitantes y trabajadores del parque nacional.

Ballesteros subraya la importancia de este último aspecto de su trabajo: "Ellos tienen que estar desde el principio en el proyecto. En el Laboratorio de Patrimonio siempre lo hemos hecho así. Realizaremos charlas o talleres para ponerles al corriente de lo que sucede y puedan ser partícipes del estudio. Todo este conocimiento acabará revirtiendo en los residentes, los trabajadores y también en los turistas".

En este contexto de colaboración, el grupo podrá analizar los procesos de patrimonialización por los que una comunidad confiere importancia a determinados elementos. "No se trata de llegar allí e imponer qué petroglifo o qué hórreo tienen valor, sino que queremos conocer qué es lo que piensan los habitantes y con qué entidades se sienten más identificados", apunta Ballesteros.