Al valor medioambiental y patrimonial de la Serra do Galiñeiro, la Plataforma constituida en protesta contra el proyecto de levantar un parque eólico en la zona sumó ayer un nuevo argumento: el valor orográfico de la Sierra. O Galiñeiro es el mayor bastión ibérico de gneis riebeckita, un mineral formado a raíz de las conocidas como "tierras raras" (aquellas que pertenecen al manto terrestre y que sólo en contadas ocasiones afloran a la superficie) y que dan al Galiñeiro una "orografía única en la zona", según la portavoz de la Plataforma, Pura González.

"Es el único sitio de la Península Ibérica en la que se puede encontrar este mineral", apunta González. Quien pone voz a los 14 colectivos que luchan en contra del proyecto de Terra de Vento S.L. explica que el pasado septiembre se presentó una tesis doctoral en la Universidad de Salamanca defendiendo la "particularidad geológica" de la Sierra o que en diciembre de 2008 el Journal of Structural Geology publicó un extenso reportaje tratando ese mismo tema. Todo ello lleva a González a hablar de la "importancia a nivel mundial" de la Sierra.

"El Galiñeiro supone un referente paisajístico en toda la provincia", apunta González, quien recuerda que su extraña orografía es resultado de una geológica "única". A ella suma, además, lo "extraña" que resulta una montaña de 700 metros situada a solo seis kilómetros del mar. "Para encontrar algo parecido en Galicia hay que ir a la Serra da Capelada", situada entre las rías de Ortigueira y Cedeira, recuerda.

Por todo ello González lamenta que el patrimonio paisajístico de la Sierra no esté blindado. "Pretendemos que los ayuntamientos sigan el ejemplo de Vigo y O Porriño, que ya le han concedido protección. Sabemos que en Mos y Gondomar están redactando sus planes", explica. Todo ello sirve de poco en el marco de la Lei de protección del pasaije aprobada en 2008 y en el que, según González, "nadie habla del paisaje como un valor". Para encontrar vías de lucha en defensa de la Sierra los 14 colectivos implicados han convocado para hoy, a las ocho de la tarde, una mesa redonda en la sede del Inem de Gondomar.

La Plataforma por la Protección da Serra do Galiñeiro inventarío la semana pasada las principales especies de flora y fauna de la Sierra. Entre ellas los ecologistas encontraron un núcleo de invernación de la azulenta papuda, "especie de presencia muy escasa", y otro de merlo azul, que sitúa sus espacios de cría en las cumbres más elevadas de la Sierra.

También se sitúan en O Galiñeiro especies incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas , como la salamandra Chioglossa lusitanica o la rana patilonga, catalogada con el mismo nivel. También son destacables los especímenes botánicos, como la matogueira termófila, con un mínimo de cinco especies endémicas; o la oromediterránea. Fuentes de la Plataforma protestan desde que se diera a conocer la concesión de 39 megawatios (MW) a Terra de Vento S.L., la semana pasada, del impacto que tendría sobre toda esa variedad de fauna y flora las obras para la construcción del parque eólico.

Petroglíficos únicos

Entre los argumentos manejados por los defensores de la Sierra, se encuentra, además, el valor arqueológico de la zona. Xosé Lois Vilar, arqueólogo y portavoz de la Plataforma opositora al parque eólico recordaba ayer el valor patrimonial de O Galiñeiro. "Aquí tenemos el panel de Auga da Laxe, uno de los pocos petroglifos de armas que hay en Galicia y el mayor de Europa, con 12 metros de largo y cinco de ancho", explica Vilar. Todo ello le lleva a resaltar sus "características únicas en el continente europeo".

"Desde hace 20 años hemos estado encontrando restos líticos por toda la Sierra", explica Vilar, quien no duda en afirmar con rotundidad que es muy probable que las obras del parque eólico destierren restos de este tipo.

El valor arqueológico de O Galiñeiro se evidencia en las tres mámoas conocidas como Os brumús o las siete del Monte das moutas, así como los "numerosos" petroglíficos esparcidos por la Sierra. Para Vilar esa riqueza se debe a que la Sierra lleva desde hace 200.000 años habitada de manera ininterrumpida y en ella se ha constatado presencia humana desde el Paleolítico. "Hace poco se encontraron dos molinos y eso puede significar que en la zona había un espacio dedicado al rito", explica Vilar.