"No sabíamos que los alumnos podemos votar". Eloy y Silvia, dos estudiantes de tercero de Biología, se han enterado a través de FARO de que pueden participar en las elecciones. Los dos candidatos se han lanzado a las redes sociales para aumentar el interés de los alumnos, que alcanzó el 16,2% en la última cita con las urnas, pero la tarea semeja misión imposible.

Eloy y Silvia creen que las decisiones del rector no les afectan demasiado, pero ahora que son conscientes de sus derechos reclaman un esfuerzo a la Universidad. "Nos deberían informar. Si no quieren que votemos es porque les beneficia", reflexiona ella.

María Freire, del último curso de Ciencias del Mar, ya estudiaba en el campus durante los anteriores comicios, pero admite que hasta hace unos días también pensaba que no podía votar. "La campaña se centra más en hablar con los profesores que con nosotros", critica.

Su compañera Alba Quintela dice disponer de más información porque su hermano forma parte de la organización Comités, pero desconoce a qué facultades pertenecen los candidatos, a pesar de que Mato da clase en la suya.

Ella sí participó en las anteriores elecciones y dio su voto a Gago, pero prefiere no desvelar a quién apoyará el jueves. A Mato (Alternativa Universitaria) lo identifica con el Bloque, mientras que a Cabeza (Nova Universidade) lo sitúa "en el lado contrario". "Si no, irían juntos", razona. La sorpresa se refleja en su cara al saber que ambos son simpatizantes del mismo partido.

Idéntica reacción tienen Sara Gómez y Lucía Otero, estudiantes de Traducción e Interpretación. "Mato es más de izquierdas y Cabeza, de derechas", responden antes de ser sacadas de su error.

Y es que esta visión de la orientación política de los candidatos parece haber calado entre los estudiantes. "Tano [el diminutivo que el candidato de Alternativa usa en su lema] tira más hacia la investigación y el otro candidato, a la derecha", explican Vanesa y Ángeles, dos estudiantes de Administración y Dirección de Empresas (ADE).

Aunque admiten que manejar información "de oídas" es un riesgo, no acudirán a la charla que ese mismo día pronunciará Mato en su facultad. "Tenemos prácticas. Lo principal es aprobar y, al final, nos afecta más la nota que lo que haga el rector", justifican.

"Es mala época porque los exámenes son dentro de poco y estamos hasta arriba. También hay desinterés porque no estamos de acuerdo con algunas cosas y a mucha gente las elecciones, directamente, no le dan ni frío ni calor", revela Carmen Díaz, también alumna de ADE.

Esta joven participó en el vídeo de campaña de Jaime Cabeza, aunque ella se prestó voluntaria antes de saberlo. "A mí me ha gustado. Es neutral. Los de Mato también los he visto y he leído en el periódico lo de la amante, pero no opino", añade.

Carmen todavía no ha decidio si acudirá a las urnas, pero hay alumnos que se niegan de forma rotunda. "No dan suficiente información, así que los desconozco y no voy a votar. Tampoco puedo ir a la charla de Mato porque tengo cosas que hacer", comenta María de los Ángeles Lorenzo, de ADE.

"Nunca he votado y continuará siendo así. Lo que nos interesa es encontrar trabajo y el rector no puede hacer mucho. ¿Nos va a proponer posgrados para seguir estudiando hasta los cuarenta?", se pregunta José Manuel Veloso, alumno de los últimos cursos.

En el lado contrario, se encuentra una minoría de estudiantes comprometidos como Manuel García, estudiante de Telecomunicaciones y candidato al Claustro por Comités. "Si saben algo es por la polémica de los vídeos, pero si participásemos podríamos decidir en algunas facultades. Hay una falta de comunicación".