"¿Habéis hecho daño a otras personas?", "¿tenéis miedo?", o "¿dónde está la frontera que convierte a un simple borracho en alcohólico?". Directos; tímidos al principio pero con un silencio que revelaba respeto, esas cuestiones fueron algunas de las que ayer plantearon alumnos del Instituto Santo Tomé de Freixeiro a un grupo de Alcohólicos Anónimos que puso cara a su anonimato para advertir a los chicos de que las bebidas también son una droga y además, un puente hacia otras. Cuatro personas desnudaron duros relatos de vidas rotas pegadas a la botella.

Y las respuestas fueron las siguientes e unánimes (por orden): "tanto daño hicimos que rompimos nuestra familia", "no se trata de miedo, sino de cautela en el día a día" y "cuando tu vida se vuelve ingobernable y gira en torno al alcohol, eres consciente de que tienes un problema".

Aunque para las estadísticas de Alcohólicos Anónimos, sólo el 0,8% de sus miembros tiene menos de 26 años –el porcentaje bajó desde el 2,4% en una década–, los jóvenes son fundamentales a la hora de hacer entender que el alcohol es barato y legal, pero es una droga progresiva. Y mata. Así lo expresaron miembros de uno de los cuatro grupos que existen en Vigo y que compareció ante el auditorio juvenil con la intención, también, de que los chicos reconociesen potenciales casos de alcoholismo a los que brindar ayuda en su entorno.

"Ya lo hacen para pasarse; se bajan una botella". Aunque no beben todos los días, cuando lo hacen "se pasan" con el whisky o el vodka –bebidas favoritas de los adolescentes– y algunos llegan al coma etílico. Así lo reconoce una pareja de alumnos de 17 años, repetidores en cuarto de ESO, al hablar de algunos de sus colegas de "botellón". Cecilia y Andrea, de 16 y en el mismo curso, reconocen en algunos comportamientos de compañeros "que van a tener problemas en breve". "Muchos de nuestra edad se meten rayas", explican.

Sin embargo, los alumnos consultados están de acuerdo en que no todos los chicos tienen la misma predisposición ante el alcohol y que conviven casos de bajo consumo y muy ocasional. Los padres se preocupan por esta problemática, aseguraron todos y advierten a los chicos "que tengan cuidado", si bien conocen los hábitos y su frecuentación del botellón.

Desde el otro punto de vista, una vida ingobernable, la pérdida de dignidad y el alcohol en la cúspide de la pirámide de prioridades vitales. Es algo en común que tienen todos los testimonios de alcohólicos brindados ayer que, aseguran, los serán toda su vida a pesar de que lleven más de diez años sin probar una copa.

"Empecé a beber con vuestra edad y le encontré un gusto especial. Luego, la muerte súbita de mi hermano hizo que buscase el alcohol, porque sabía que algo me fallaba", reconoció uno de los afectados. "Lo hacía para evadirme del mundo y de los problemas", confesó otra mujer que comenzó con las cervezas "y acabé mezclando de todo para conseguir aquella primera sensación". "Las amigas que no bebían no me interesaban", aseguró. A todos, su adicción a la vida les hizo perder a sus parejas, sus trabajos e incluso sus casas.

Otro de los integrantes del grupo explica que el alcohol "te destroza públicamente". "Mi primera raya me la metí después de estar varios días tirado por pubs nocturnos. Mis conocidos me dijeron que tenía muy mala pinta y me llevaron al váter. Luego seguí bebiendo".

Un hombre de negocios –corredor de bolsa– alcohólico y un médico que también tenía problemas con la bebida descubrieron en Nueva York allá por el año 1935 que sus deseos de beber disminuían cuando trataban de ayudar a otros "borrachos" a permanecer sobrios. De ambos, Bill W. y el doctor Bob S. surgió en Akron la mayor entidad mundial anónima, tras la publicación del libro "Alcohólicos Anónimos", entre ambos.

Hoy en día la comunidad se integra por más de 100.000 grupos locales en 180 países, entre ellos las cuatro comunidades que se asientan en Vigo. Aunque en España se cursa la solicitud del primer grupo en 1955, la organización a nivel mundial celebrará su 75 aniversario el 10 de junio.