Un incendio de grandes proporciones en la fábrica de Pinturas Proa, en el polígono industrial de A Granxa en O Porriño, obligó ayer a poner en marcha un plan especial de emergencias ante la peligrosidad de los productos que ardían y la columna de humo que era visible desde la ciudad viguesa. Bomberos de Vigo, Porriño, Morrazo y de la localidad lusa de Valença do Minho, así como un helicóptero de lucha contra incendios de la Xunta de Galicia se encargaron de sofocar las llamas, mientras los 40 trabajadores de la empresa afectada y otros doscientos de industrias próximas , incluída Censa, eran desalojados por precaución.

La nave de envasado y materias primas de Proa quedó completamente calcinada, si bien no se produjeron daños personales aunque cuatro operarios fueron asistidos por el 061 a causa de leves intoxicaciones de humo y crisis nerviosas.

A consecuencia de las llamaradas y la gran columna de humo negro, que inicialmente se temió que fuese muy tóxico, se tomaron diversas medidas de precaución. Así, se estableció un perímetro de seguridad de unos 300 metros para evitar el paso de los ciudadanos y se dispensaron mascarillas, mientras que bomberos y efectivos sanitarios se pusieron trajes especiales.

El incendio se declaró poco antes de las 10 de la mañana y quedó sofocado tres horas después. Según los primeros datos, una chispa estática cuando se descargaba un bidón de disolvente en la zona de envasado pudo ser la causa del siniestro.

Con la primera llamarada se movilizó el equipo de bomberos de la propia empresa, pero el fuego se extendió también a la zona de materias primas por lo que se requirió la actuación de los efectivos del parque de O Porriño, que cuentan con una base en las inmediaciones. Se sucedieron varias explosiones y el personal y los medios resultaron insuficientes, por lo que se vieron apoyados por parques de bomberos de otras localidades.

Vigo desplazó un brazo articulado, dos coches nodrizas y dos autobombas con siete efectivos. "El interior de la nave era impracticable, no se podía entrar. Ardió de todo: pinturas, disolventes...Sólo podíamos actuar desde el exterior con brazos articulados lanzando agua y evitando que el fuego se propagase a a otras industrias y a la nave de las oficinas de la empresa", explicaba uno de los responsables de los bomberos vigueses una vez sofocado el incendio.

Las tareas de extinción, añadió, resultaron muy laboriosas "ya que además de pinturas había numerosos envases plásticos, y disolventes. "Un tipo de productos que dan bastantes problemas", resumió.

Los daños materiales, todavía pendientes de evaluar, han sido muy importantes. "La nave quedó completamente calcinada y existe riesgo de derrumbe. Tendrán que derribarla y empezar de cero", aseveró.

Una vez controlado el fuego y tras las primeras mediciones provisionales de Medio Ambiente que descartaban una toxicidad excesiva, dato que se confirmó por la tarde,la preocupación se centraba en la posible contaminación; tanto aérea como acuícula, según explicó el subdirector xeral de Protección Civil, Roberto Suárez.

"Vamos sin máscaras porque las mediciones previas no dan datos de contaminación", añadió. Para evitar vertidos, la zona de la fábrica se acotó con sacos de arena como barrera de protección para evitar que el agua procedente de la extinción del fuego fuera a parar a zonas de protección de la Red Natura. Varias motobombas se encargaron también de recoger los acuíferos.

Efectivos de la Policía Local de Porriño y de la Guardia Civil acordonaron el perímetro de seguridad, y efectivos del Seprona, de las consellerías de Industria y de Medio Ambiente tomaban mediciones de toxicidad en la zona. La ausencia de viento facilitó las tareas de extinción, y evitó que afectara a la circulación en las autovías A-52 y A-55.

Hasta el lugar se desplazaron el alcalde de O Porriño, Raúl Francés; la delegada de la Xunta en Vigo, Lucía Molares y los directores xerais de Industria y Emergencias. Efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil y de la Inspección de Trabajo se hicieron cargo de las investigaciones.