No pudo ser y las caras de decepción y de tristeza eran más que evidentes entre los cofrades y fieles. La lluvia no respetó, en esta ocasión, el fervor religioso y los vecinos del centro de Vigo se quedaron sin la procesión de la Pasión, organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio, Virgen de la Amargura y Cristo de la Fe junto a las Hermandades de la Pasión, de Nuestra Señora de la Piedad y la Orden Tercera Seglar. En el lado opuesto, el barrio de Teis y la villa de Bouzas, donde los vecinos sí pudieron disfrutar de las comitivas religiosas, con un recorrido más corto y resguardado del mal tiempo que la del centro.

Los pasos, cariñosamente ornamentados con flores y con las luces encendidas, se quedaron sin pisar las calles. El coordinador de la Semana Santa, Ángel Dorrego, no ocultaba su decepción. “Sentimos dolor, fastidio, desilusión de que tanto trabajo se quede, finalmente, en nada”, lamentaba ayer en la sede de la Cofradía de la Pasión Marqués de Valterra, de donde ni siquiera salieron los pasos.

“No podemos arriesgarnos porque hace un viento muy fuerte por la zona de Orillamar, por donde teníamos que trasladarlos hasta Rosalía de Castro”, comentaba, con el más que evidente peligro no sólo de que se cayeran los pasos sino de que se mojaran. Así, las imágenes están hechas de madera recubiertas de estuco y algunas tienen pequeñas grietas. “Si les entra agua, la madera puede hinchar y romperse, sin contar con que se mojen los faldones de los carros, que son bastante caros”, indicaba con una voz que no dejaba lugar a dudas de la tristeza que sentían él y sus compañeros de fatigas.

“Pero mañana -por hoy- salimos en el Santo Encuentro. Esa no se suspende porque el recorrido es muy corto y tenemos donde resguardarnos”, sentenció.

El mismo ambiente de desencanto se respiraba en el Niño Jesús de Praga, donde aguardaban el resto de las cofradías del centro, el Silencio, la Piedad y la Virgen de los Dolores, con sus imágenes. “Es una pena, una pena inmensa”, no dejaban de repetir, con los pasos completamente preparados.

Teis y Bouzas

Los que sí salieron, desafiando a los elementos, fueron los cofrades de Teis y Bouzas, en ambos casos pasadas las siete y media de la tarde y bajo un cielo completamente encapotado. Un recorrido un poco más corto que el organizado en el centro urbano y más resguardado del viento y la lluvia les permitió plantar cara al mal tiempo y recorrer las calles portando las imágenes del Nazareno y la Virgen de los Dolores.