Un importante cambio informático para modernizar la Justicia que en su puesta en marcha está teniendo el efecto contrario: la ha paralizado. Los trece juzgados de Primera Instancia de Vigo, entre los que se encuentran los dos de Familia, llevan casi tres días prácticamente parados por las complicaciones que están surgiendo en la instalación del nuevo sistema “Minerva” en sustitución del “Libra”. Desde última hora de la mañana del pasado viernes, los funcionarios y secretarios de estas salas no pueden acceder al sistema, algo indispensable para realizar cualquier tipo de trámite. Los procuradores vigueses calculan que entre los escritos que diariamente presentan ellos mismos y las demandas que no se pueden sacar adelante habría ya unas 800 actuaciones de todo tipo paralizadas: desde oficios a mandamientos, pasando por solicitudes de pruebas y así un largo etcétera. Lo poco que se puede ir haciendo es a mano o utilizando el sistema Word. Lo resume a la perfección un funcionario: “Esto es como si nos dieran unas vacaciones, pero haciendo acto de presencia; lo peor es que el trabajo se acumula y esto después hay que recuperarlo”.

El pasado viernes se notificaba al personal de todos los juzgados civiles que a partir de la una de la tarde habría un “apagón”. El sistema se iba a cambiar del “Libra” al “Minerva”, para lo que se quería aprovechar el fin de semana. El objetivo era que los funcionarios ya pudiesen trabajar con normalidad desde primera hora de la mañana del lunes. Pero nada más lejos de la realidad. Las complicaciones surgidas en la instalación del programa no sólo no dejaron a estos empleados trabajar el lunes, sino que la situación se mantenía igual a las dos de la tarde de ayer. “Parece ser que hay un problema en el trasvase de datos”, apuntaba ayer el decano del Colegio de Procuradores, Jesús González Puelles, que explica que este serio percance les ha afectado “de lleno”. “En civil no podemos hacer nada; recogen los escritos, pero no se pueden resolver ni dar salida, y eso es algo que afecta a centenares de trámites”, relata.

La indignación era ayer palpable entre el personal. “¡Es que no podemos trabajar!; puedo entrar en word, pero eso es como si estuviera en el ordenador de mi casa, porque no tengo acceso al sistema”, señalaba un funcionario, que explicaba que, para no permanecer en muchos momentos sin hacer nada, estaban “poniendo al día” la estadística judicial. En otra sala, el secretario se lamentaba del momento elegido para poner en marcha el nuevo sistema. “Esto se tiene que hacer en un puente, o en agosto, pero no ahora”, señalaba, al tiempo que mostraba las ejecutorias que se van acumulando sobre su mesa.

Servidor

Y cuando las cosas salen mal, todavía pueden ir peor. Porque a los contratiempos en la puesta en marcha del “Minerva” en Primera Instancia se unió, el lunes, un supuesto problema eléctrico en el servidor del que depende todo el sistema informático de los juzgados vigueses. Esto provocó que, durante unas dos horas, el resto de las salas tampoco pudiesen funcionar con normalidad. “Se bloqueó todo”, explica una trabajadora de un juzgado de Instrucción. En la sala de Violencia Doméstica -donde los lunes la carga de trabajo es más elevada de lo habitual ya que reciben a todos los detenidos del fin de semana- llegaron a temer que la situación se alargara todo el día. “Al final apenas fueron dos horas, pero hubo un momento terrorífico, porque teníamos cuatro juicios rápidos, había que hacer resoluciones de órdenes de alejamiento y el sistema no iba...”, relataba un funcionario. “Las actas las hicimos a mano”, añadió, mostrando el documento en cuestión.

Lo que en Instrucción, Penal o en Contencioso-Administrativo se quedó en un “contratiempo” de un par de horas, en Civil lleva ya casi tres días. Los funcionarios esperan que hoy ya puedan trabajar con relativa normalidad. “Ojalá”, concluía, casi suplicando, un funcionario.