La entrada en las Rías Baixas de medusas de la familia Pelagia Noctiluca con filamentos de más de seis metros de largo podría acabar en un varamiento masivo en los arenales. Algunas ejemplares ya aparecieron el domingo en Patos (Nigrán), pero lejos de haber desaparecido de nuestras aguas, los expertos sostienen que esos bancos continuarán llegando a tierra este fin de semana. De cumplirse su pronóstico, todas las precauciones son pocas tratándose de una especie que "provoca graves y dolorosas picaduras".

Después de que este periódico publicase su aparición en las Rías de Vigo, Aldán y Pontevedra, concellos como el de Vigo consultaron a la comunidad científica para que les aconsejase algunas medidas de precaución. Ayer envió a los voluntarios de Protección Civil a rastrear la orilla de los principales arenales, y otros tantos navegaron cerca de la costa para comprobar la proximidad de los bancos a las playas. "Pero ni rastro", según su presidente, Raúl Epifanio.

Una de las sedes científicas que más esfuerzo ha dedicado en España a la investigación de estos animales está en Murcia. En su Centro Oceanográfico se sorprendieron ayer de las imágenes submarinas captadas por los buceadores que observaron el domingo el banco de Pelagia Noctiluca en la Ría de Vigo. No tenían constancia de que existiesen ejemplares con unos filamentos de ese tamaño.

La institución murciana incluye en su web un apartado sobre las medusas, departamento que dirige el biólogo Ignacio Franco. Sus investigaciones detallan con precisión cómo se activa la picadura: "Se produce cuando entramos en contacto con la medusa. Al rozarla se estimula un pequeño pelo sensorial que poseen en sus células y así se dispara un pequeño arponcillo por el que nos inyecta el veneno, recibiendo a su vez cientos de aguijonazos. Dependiendo de la zona que rocemos y de la especie, este arponcillo tiene diferente tamaño y diferente capacidad de penetración en nuestra piel".

Ante este comportamiento, el Concello de Vigo recomendó ayer a la población, y en especial, a quienes practican deportes náuticos, "precaución". Además de evitar todo contacto con los ejemplares que puedan llegar a las playas, insiste en que incluso muertas, estas medusas mantienen activo su veneno e incluso lo transfieren a aquellos objetos o superficies que rozan.

En caso de recibir una picadura se aconseja "no frotar la zona afectada", lavarla con agua salada y retirar todos los aguijones posibles, así como aplicar hielo con una bolsa de plástico. Como remedio, desde Murcia proponen "una solución saturada de sulfato de magnesio en una solución de cloruro sódico".