Entrevista | Manuel Carreiras Neurocientífico gallego

“Buscaremos biomarcadores tempranos para detectar la dislexia desde bebés”

Su investigación hará un seguimiento de 150 niños desde los 4 meses a los 7 años

El director del BCBL, Manuel Carreiras, está afincado en el País Vasco.  // FDV

El director del BCBL, Manuel Carreiras, está afincado en el País Vasco. // FDV / e. ocampo

Elena Ocampo

Elena Ocampo

El procesamiento del habla y la lectura son habilidades humanas únicas y esenciales que sustentan el avance social, educativo y profesional. Sin embargo, aún no se han identificado los primeros biomarcadores de problemas de aprendizaje como la dislexia y el aprendizaje de una segunda lengua. Precisamente sobre esta incógnita pone el foco el neurocientífico gallego Manuel Carreiras Valiña (Lugo, 1959) afincado en el País Vasco –donde ha desarrollado una amplia trayectoria en áreas como la neurobiología o la psicolingüística–. Su nombre está entre los 14 selectos líderes de proyectos que se alzan con el Advanced Grant, lo que garantiza 5 años para esta investigación.

–¿Estudiarán la dislexia con niños desde el balbuceo o incluso antes?

–En este proyecto pensamos desarrollar la búsqueda de biomarcadores de la dislexia. A los cuatro meses y medio registraremos toda una serie de variables que nos puedan ayudar a predecir qué va a ocurrir con esos niños y niñas cuando con 6 o 7 años empiecen a leer. Encontrarlo nos daría una ventaja a la hora de diseñar terapias que puedan ayudar a estos chicos con dificultades. Vamos a testear a los bebés durante hitos que logran a lo largo de la vida, para ver si desde edades muy tempranas se puede predecir lo que ocurrirá cuando empiecen a leer.

–¿Cuál es el objetivo final?

–Normalmente estos menores a los 7 años tienen una serie de problemas a la hora de conjuntar grafemas y fonemas y lo que queremos ver es si podemos predecir la ejecución de estos niños con respecto a niños niños ‘control’ desde los cuatro meses y medio. Otra parte del proyecto tiene que ver con los que tienen antecedentes familiares con dislexia, para ver si podemos detectarlos, ya desde edades muy tempranas.

–¿Con cuántos niños se realizará la investigación?

–Entramos en contacto con los padres y madres de los recién nacidos en los hospitales. Ya estamos reclutando en torno a unos 150 bebés, que seguiremos a lo largo de 7 años. También buscamos a niños que aprendan euskera y tenemos relación con las ikastolas [tipo de centro educativo que utiliza como lengua vehicular el euskera]. Queremos estudiar los mecanismos cognitivos de los buenos aprendices. Y también estudiaremos a otros cien prelectores y lectores.

–El bilingüismo es otro de los asuntos centrales de su estudio. ¿Aparece también en esta investigación?

–Sí, otra parte tiene que ver con el aprendizaje de segundas lenguas, que sigue la misma lógica: distinguir los que serán buenos aprendices de los que no lo serán tanto. Una vez realizado, utilizaremos técnicas de neurofeedback para mejorar el diagnóstico y la intervención.

–Aprender a leer y escribir en Galicia, así como en muchas comunidades, forma parte de los retos curriculares de los primeros cursos de Primaria. En otros países de Europa se deja hasta un poco más tarde. ¿Por qué?

–Una vez que hagamos este estudio quizás pueda darles una idea más clara. En estos momentos existe gran variabilidad hasta para la adquisición del habla de la primera lengua o el aprendizaje de la escritura. Pones en juego habilidades muy complejas. Hay niños que vienen preparados y a los que el ambiente les ayuda a realizar con éxito esa tarea de la lectura y hay otros que tienen un desarrollo típico y se enfrentan a la lectura bien... y otros que mal. Queremos identificar esos tipos diferentes de ejecución para actuar desde edades muy tempranas.

–Precisamente ahora, que se reedita la biografía de Hildegart Rodríguez Carballeira, (la “hija perfecta”) se dice que antes de cumplir 2 años, sabía leer y a los 3 podía escribir. A los 8, hablaba inglés, francés y alemán. ¿Lo ve posible?

–Es posible. Aunque no lo sé, porque no tengo datos al respecto. Hay límites biológicos. La escritura requiere un control motor importante que no sé si se ha adquirido en esos momentos de la vida... pero no es imposible.

–Luego, los alumnos patinan en comprensión lectora, según las pruebas PISA.

–Yo creo que ahí influyen muchos factores. Para tener una buena comprensión lectora hay que tener, primero, una buena decodificación, no leer de forma mecánica. Y tener automatizada la conjunción de grafema y fonema.

–¿Es diferente a nivel neurológico leer en pantalla o en papel?.

–No hemos hecho ningún experimento comparativo y no sé qué consecuencias puede tener.

–Siendo uno de los trastornos del aprendizaje más comunes en la escuela, ¿cree que se identifica tarde la dislexia?

–Afecta a un 10% de la población pero se identifica tarde, entorno a los 8 o 9 años cuando, muchas veces, el niño ya tiene una autoestima baja. A esas edades a veces hay compañeros crueles, que lo aíslan o que le hacen bullying y los padres están preocupados. A veces le ponen a leer cuando otros van a extraescolares... y es un cúmulo de circunstancias por las que muchos chicos se rebelan y no quieren leer. Y, cuanto menos leen, más se acentúa el problema. Es un problema importante, que representa el inicio del fracaso escolar.

–Esta investigación representa un enfoque científico radicalmente nuevo.

–También hay muchos laboratorios trabajando en Bélgica y EE UU con muy buenos profesionales.

–¿Influyen más los aspectos genéticos o los ambientales en el aprendizaje de una lengua?

– Esa es la pregunta del millón. La interacción entre ambiente y genética es algo que tiene muchas aristas. Pero en esta investigación no abordaremos criterios genéticos. De todos modos, hay que coger con cautela lo del “gen del lenguaje” ( Foxp2).

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