Mariño, doctora en Ciencias de la Educación e investigadora en cuestiones de género en el ámbito formativo y laboral, indica que todavía hay muchos estereotipos en profesiones: "es un problema sociocultural", indica.

"Además, en los últimos diez años se han asentado de nuevo micromachismos que implican una involución en ciertas ramas", añade la experta. Para este informe entrevistaron a 50 alumnas de oficios con mayoría masculina y a 13 trabajadoras, terminados los estudios, ya en el mercado laboral. "Claro que perciben que las funciones, en muchos casos, no son las mismas que las de los hombres pese a tener igual preparación e incluso mejores notas pero, evidentemente, necesitan el trabajo", argumenta Mariño.

Apunta que el desconocimiento de la legislación y la normativa laboral conlleva mayor inseguridad. "Hablamos de sectores en los que la maternidad sigue siendo responsabilidad femenina, en el sentido de que es ella la que tiene miedo a ser penalizada", expresa.

Cuenta Mariño que en la elección de una u otra rama, con las connotaciones de género que puedan tener, "cuenta mucho la primera socialización, la familia". "De todos modos, la gente no es consciente de cómo se transmiten sutilmente los estereotipos de género en ambos sentidos. Por ejemplo, muchas madres encuentran raro un profesional- hombre en una guardería", asegura.