Cruzan por la ruta más corta, pero en la mayoría de los casos es la más peligrosa. Atraviesan a diario la carretera que está a escasos metros de su casa o de sus fincas e incluso a la puerta de su domicilio. En cambios de rasante, zonas de poca visibilidad y sin dispositivos reflectantes. Casi medio centenar de ayuntamientos gallegos están marcados en rojo en los planes de control de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil por su alto índice de atropellos, unos puntos negros donde las patrullas han reforzado la vigilancia con coches camuflados y radares láser y se ha intensificado las campañas con el reparto de chalecos reflectantes. El balance de los últimos diez años sitúa a Galicia a la cabeza de atropellos mortales con más de 250 víctimas hasta octubre. Suponen entre el 15 y el 18% de siniestros.

Aunque las cifras globales de la accidentalidad se han reducido con un 50% menos de víctimas mortales, en el caso de los peatones el índice de fallecidos no solo se ha mantenido, sino que durante el último lustro hubo años en los que aumentó. Entre 2012 y 2016, fallecieron atropelladas 86 personas en Galicia. 2013 y el año pasado tuvieron la peor tasa de atropellos mortales, un 18,3% y un 16,9% respectivamente, según la DGT. Una cifra que se queda muy por encima de la media estatal (10%) y que durante el año pasado supuso un aumento de más de un punto respecto a los dos ejercicios anteriores.

Los meses de otoño e invierno son los más conflictivos por falta de luz. La peor visibilidad aumenta el riesgo de sufrir un atropello en una comunidad marcada por la dispersión poblacional, lo que obliga a utilizar más que en otros territorios el vehículo, por la concentración de viviendas a pie de carretera y el envejecimiento de la población, según el jefe interino del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra, el capitán Miguel Cruz Trillo. Los puntos de atropello, advierte, se concentran en la franja costera occidental, ya que están más poblados que el interior, "lo que implica una mayor convivencia entre los usuarios de las vías y los peatones".

¿Perfil del peatón fallecido y características del atropello? En carreteras convencionales, horario de tarde noche, personas mayores de 70 años, desprovistas de prendas reflectantes y arrollados en las inmediaciones de su domicilio. "En muchos casos a pocos metros, propiciado por la confianza que otorga el conocimiento del entorno donde se reside", apunta Trillo.

La responsable de la DGT en Galicia y jefa de Tráfico en A Coruña, Victoria Gómez Dobarro, advierte de que a partir de ciertas edades se producen limitaciones psicofísicas: movimientos más lentos a la hora de reaccionar, dificultades para calcular la distancia a la que está un vehículo y la velocidad a la que se aproxima, visión limitada en un entorno de posa visibilidad... "Es muy importante que desde el entorno familiar se transmita ese posible peligro y la conveniencia de usar chalecos cuando se salga a caminar para hacerse ver en carretera", urge.

La mayoría de los siniestros con viandantes implicados se producen por la irrupción del conductor de manera antirreglamentaria en la vía pública, por una distracción en la conducción y que puede ir acompañada por somnolencia por parte del conductor o del peatón, bien por el consumo de alcohol y/o drogas y medicamentos. Los datos son alarmantes: la mitad de los atropellados dan positivo.