Gonzalo Pita ya no es alcalde de Sanxenxo. Enmedio de una gran expectación y dentro de un pleno municipal en el que prácticamente solo estuvieron presentes vecinos a favor del pacto, el líder de SAL oficializó su renuncia en beneficio del acuerdo con el PP. Esta decisión de Pita conducirá a la elección de Telmo Martín como nuevo alcalde en un pleno extraordinario que, presumiblemente, se celebrará esta misma semana.

El ambiente que envolvía Sanxenxo en las horas y minutos previos a la celebración del pleno era de expectación. Todos sabían de lo mediático de la noticia. Decenas de vecinos no quisieron perderse la que el BNG bautizó durante su turno de palabra como "la primera automoción de censura de la historia". Pero el salón de la Casa Consistorial se quedó pequeño muy pronto. Minutos antes del comienzo del pleno eran ya muchos los interesados que se agolpaban a las puertas del consistorio, la mayoría de ellos críticos con el nuevo pacto bipartito.

Mientras, en el interior gracias a haber sido más "madrugadores", aquellos afines al nuevo acuerdo se preparaban para vivir 'in situ' el fin oficial del tripartito. Tan solo dos de los presentes en la sala mostraron públicamente su descontento enmedio de los aplausos a las intervenciones de Telmo Martín y Gonzalo Pita. Fuera, el resto de los críticos protestaba dando golpes en puertas y paredes y vigilados por la Policía Local.

Finalmente, unas ciento cincuenta personas no pudieron entrar, pese a que la concejala del PSOE, Coral González-Haba, solicitó oficialmente que se abriesen las puertas. "Hay sitio suficiente para más personas. Otros plenos han estado más llenos", recalcó a un Pita que evitó permitir la entrada a más personas "por razones de seguridad".

La sesión comenzó con la explicación de Pita sobre su renuncia. El ya exalcalde alegó que debía mantener una "autofidelidad" consigo mismo y renunciar. "Quiero dar estabilidad a Sanxenxo para poder cumplir lo que teníamos en el programa y por lo que la gente nos votó. Y_en el actual gobierno de deslealtades iba a ser imposible. Los partidos con los que pactamos hablaron del cambio, pero ese cambio no fue mirando hacia los vecinos", expresó Pita.

Luego llegó el turno de palabra y con él, los reproches, de todos menos de un Telmo Martín que cambió su habitual discurso agresivo contra SAL por palabras de elogio. El futuro regidor del PP recalcó que Pita había sido un alcalde "honesto y valiente". "La expectación que se ha creado es porque no es normal encontrar políticos tan honestos, que miren por el pueblo y no por el partido", expresó.

El líder del PP recordó que "este pacto es tan legítimo como el que se hizo en 2015" y que los populares fueron "quienes ganaron las elecciones con el 41% de los votos". Asimismo, Martín acusó al líder del BNG, David Otero, de querer "estar por encima del bien y del mal". "La deslealtad que tuvo usted desautorizando en público al alcalde es de una bajez enorme. Es algo que los nuevos socios de gobierno nunca haremos. El BNG no está por encima de Sanxenxo. Ni el Bloque, ni el PSOE, ni ningún partido político", finalizó antes de asegurar que "el tiempo y los vecinos pondrán a cada uno en su sitio".

"Alcalde incapaz"

Por su parte, Otero acusó a Pita de ser "un alcalde incapaz de gestionar un grupo de gobierno". "Por no ser, no es ni capaz de gestionar su propio partido", reprochó en alusión a los problemas internos de SAL. "¿Usted pensaba que los miembros del tripartito íbamos a ser sus asesores ante su incapacidad manifiesta y falta de ideas", preguntó al exregidor retóricamente antes de pronunciar: "Hay que venir aprendido de casa, Pita". El portavoz nacionalista pidió al líder de SAL que dejase de "marear" y no hablase de deslealtades y más falacias pues "estaba deseoso de pactar con el PP". Subrayó que "no puede hablar de deslealtades cuando no le hace caso ni a su propio partido", recalcó.

Mientras, el concejal no adscrito, Roberto Carlos Agís, aseguró que Pita tenía la opción de "marcharse y quedar como alguien honesto, pero prefirió mantenerse en el poder porque una vez que se prueba es difícil abandonarlo". "Le encanta vestir de traje y creerse el James Bond de Sanxenxo", apuntilló.