El consumo de alcohol entre adolescentes, e incluso niños, gallegos resulta un problema de salud que preocupa a las autoridades. La propia Consellería de Sanidade reconocía recientemente la necesidad de mejorar las respuestas legales contra el botellón después de que hace unas semanas dos menores de 12 y 13 años de Vigo y Pontevedra, respectivamente, fuesen tratadas por la ingesta masiva de alcohol tras participar en sendos botellones. Ahora, la Xunta da un nuevo paso para luchar contra estas prácticas y rebaja de 14 a 12 años la edad de los niños a los que incluirá en su programa de prevención contra el consumo de alcohol y drogas en botellones y zonas de marcha. A comienzos de mes, una niña de 12 años moría en Madrid tras sufrir un coma etílico.

La fórmula para alcanzar a los más jóvenes se incluye en el nuevo programa para la prevención de esas prácticas que Sanidade adjudicó el pasado día 8 a la compañía Marexada por 79.900 euros -más IVA- durante dos años, para reducir la burocracia que suponía iniciar el proceso de contratación cada doce meses. Se trata de una estrategia periódica consistente en instalar carpas o furgonetas en zonas de ocio y botellón en las que se conciencia a los jóvenes del riesgo del consumo de esas sustancias e incluso se practican análisis sobre sus drogas para revelar su composición. El objetivo era asesorar a chicos de entre 14 y 25 años, aunque en el nuevo contrato se amplía la franja de edad: de 12 a 29. "La edad media de inicio en el consumo de alcohol está algo por encima de los 14. Hay casos por debajo y son más preocupantes porque tienen menor peso y desarrollo cerebral. Por eso hemos decidido ese cambio para que se busque a los más jóvenes. Estamos preocupados, pero no por detectar más casos que antes o por percibir un cambio de patrón", explica Jorge Suanzes, subdirector de Programas de Fomento de Estilos de Vida Saludables. Sin embargo, la última encuesta del Sistema de información sobre conductas de riesgo (Sicri) reflejaba que los gallegos de entre 16 y 17 años que beben alcohol de forma regular aumentaban casi un 50% en un año hasta alcanzar los 8.300 chicos.

El citado programa de prevención incluye otra novedad más sutil en la descripción de sus objetivos, en que incluye no ya intentar frenar el consumo, sino al menos potenciar que se realice de forma consciente.

Pretende "transmitir a la juventud información adecuada, contrastada, veraz y objetiva para reforzar el no inicio o el consumo responsable y moderado de sustancais con poder adictivo y, secundariamente, evitar y/o reducir los riesgos asociados a este consumo: promover estilos y conductas de vida saludables ante el consumo de sustencias adictivas", reza el pliego del contrato.

Al menos tres veces por trimestre, la compañía deberá montar una carpa o desplazar la citada furgoneta a zonas de marcha, a fiestas patronales o incluso festivales musicales entre la medianoche y las tres de la madrugada para asesorar a los jóvenes siempre bajo el criterio de confidencialidad.