La economía gallega ha cogido impulso. Entre junio y agosto creció al 3,4 por ciento, el mayor incremento desde que se inició la crisis hace ocho años. En todo caso, "el enfermo está en fase de recuperación pero no recuperado" y harán falta dos años más para regresar a niveles anteriores a la recesión. Éste es el diagnóstico de Abanca y el Foro Económico de Galicia, que han elaborado un indicador que desvela prácticamente "en tiempo real" la evolución económica de Galicia y se anticipa a los datos de contabilidad que publica el Instituto Galego de Estatística (IGE) cada trimestre.

"Estamos en una fase clara de aceleración", aseguró el director del Foro Económico, Santiago Lago Peñas. El año empezó con un crecimiento del 2,8 por ciento y desde junio la evolución económica se sitúa en el 3,4 por ciento, según un indicador que analiza un total de 15 variables de la economía gallega.

Aunque Abanca y el Foro Económica no se atreven a hacer previsiones a largo plazo, Lago Peñas ve factible que se pueda cerrar el año con un crecimiento económico "en el entorno del 3 por ciento". Esto significará que se acorta el diferencial con España y la economía gallega empieza a evolucionar al mismo ritmo que la nacional.

El motor de este crecimiento económico es el sector servicios y las exportaciones, mientras que flaquea la industria. Así, destaca el comportamiento positivo de las afiliaciones a la Seguridad Social, que aumentaron un 2,2 por ciento en el último año, y de las exportaciones que se elevaron un 10,5 por ciento en agosto. También se incrementa un 5,9 por ciento el sector servicios, otro 34 por ciento el tráfico de mercancías marítimas y subieron un 17 por ciento las ventas de coches.

En cuanto a la construcción, el número de visados de viviendas se disparó un 69 por ciento, si bien el subdirector del Foro Económico, Patricio Sánchez, matizó que este dato no es relevante puesto que se partía de niveles muy bajos y ahora cualquier incremento hace que se disparen las cifras.

Por el contrario, falla la industria. El negocio cayó un 7,3 por ciento y el índice de producción industrial otro 2,3 por ciento. "Hay que mejorar estos indicadores, pero tampoco es momento para el alamarmismo", aclaró Santiago Lago.

A su juicio, lo que "más debería de preocupar" es que las actuales tasas de crecimiento se mantengan en 2017 y 2018 para lograr "recuperar niveles de empleo y poder decir que la situación económica se normalizó" tras los años de la crisis.

Y de cara al futuro, el director del Foro Económico señala que "hay factores que van a ayudar más a la economía gallega que a la española". Así "jugará a favor" de la comunidad la consolidación fiscal. "En Galicia hubo más austeridad en el pasado pero cabe esperar que en los próximos años la austeridad sea menor", defendió Santiago Lago.