Más de 1.200 hectáreas han sido calcinadas desde el lunes en la provincia de Pontevedra a causa de unos fuegos que intensifican su acción devoradora por los fuertes vientos, con rachas de hasta 100 kilómetros por hora. Ya se supera la superficie arrasada por las llamas durante todo 2015 en la provincia de Pontevedra. El año pasado, el fuego devastó 11.802 hectáreas en Galicia, de las cuales 1.223 eran de esta circunscripción. Según las estadísticas del Ministerio de Medio Ambiente, hace dos años en Pontevedra los incendios devoraron 114 hectáreas y en 2013, la cifra fue mucho mayor 4.075.

Las altas temperaturas y el Nordés se alían con los incendiarios y ayer de nuevo no dieron tregua a los servicios de extinción, ni a muchos vecinos que vivieron horas de miedo, angustia y tensión, al ser desalojados de sus casas y ver peligrar sus viviendas. A los fuegos iniciados en días anteriores, se sumaron nuevos focos, lo que complicaron la labor de los efectivos de la Xunta y el Gobierno central.

GALERÍA | Grave incendio en Santiago // X.Álvarez

Al cierre de esta edición, en toda Galicia había cinco fuegos en alerta 2 por el peligro que suponían las llamas ante la proximidad de viendas. De ellos, dos eran de Pontevedra: el de Arcade, en Soutomaior y el de Soutomaior que empezó el lunes y llegó hasta Redondela. Además, en Cotobade se reactivaba por el fuerte viento el incendio, hasta ahora el más importante del verano con 365 hectáreas calcinadas.

El incendio de Soutomaior y Redondela superó ayer las 200 hectáreas y cuando los vecinos empezaban a respirar tranquilos el fuego revivió , por el que la Xunta mantiene activada la alarma 2 de peligro por la cercaníaa viviendas. Además en Soutomaior, en la parroquia de Arcade, se registró un nuevo incendio, que obligó también a declarar la situación 2, por su proximidad a casas. La situación se complicó porque en la vecina parroquia de Pontesampaio (Pontevedra) surgió otro fuego, que solo en sus primeras horas de inicio quemó 20 hectáreas. Seis viviendas estaban ayer de noche cerdas por las llamas.

Los bomberos tuvieron que repatirse, pues en Pontevedra, en la parroquia de Lérez, otro fuego quemó 30 hectáreas, tras originarse a las once y media de la noche del martes. Ya está controlado, que no extinguido, igual que el de Cotobade, que arrasó 365 hectáreas, el de Mondariz (200 hectáreas), el de Vilagarcía y otro en Caldas de Reis (290 hectáreas).

Los montes de la comarca del Condado Paradanta volvieron anoche a ser pasto de las llamas. En Arbo se produjeron dos incendios con varios focos activos que a hora de cierre de esta redacción avanzaban de forma descontrolada y sin medios de extinción disponibles. Hubo que desalojar varias viviendas. También en Crecente, los barrios de Fornotelleiro y Cazapal estaban rodeados por las llamas. En Mondariz se produjo un nuevo foco de incendio a las 20:00 horas en el barrio de Santa Baia (Parroquia de Lougares) donde los vecinos con un la ayuda de un helicoptero y bomberos de Ponteareas y una motobomba del Concello de Covelo lograron extinguirlo cuando el fuego avanzaba por entre las viviendas. Otros focos en la comarca se localizaron en A Franqueira (A Cañiza) o en A Graña (Covelo) limitando con Avión.

Por otra parte también se produjo otro incendio en Eido Vello de San Esteban de Budiño en Salceda de Caselas muy próximo a viviendas. Desde algunos concellos se quejan de que los medios de extinción estás desbordados y los operativos dicen "ir apagando vos mentras non podemos ir"

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se desplazó ayer por la tarde a Redondela y Soutomaior, para hablar con los vecinos y con efectivos de los servicios de extinción de incendios y supervisar las tareas de extinción. Feijóo también visitó a los 37 niños de Aldeas Infantiles, que en la noche del martes fueron desalojados y que hoy podrían regresar a la residencia. Se les alojó en las instalaciones militares de la Brilat en Pontevedra. La conselleira de Medio Rural, Angeles Vázquez, advirtió ayer de que los incendios de esta semana son "incendios-espectáculo" "con un riesgo terrorífico" al registrarse "cerca de las casas", en lugares en que, en función de cómo sople el viento, la velocidad de expansión de las llamas llega a ser "alta" y el riesgo que entrañan es "terrible".

También afirmó que "desde el lunes empezó una actividad anormal se está reforzando la actividad policial". "Seguimos en muy alto riesgo", dijo.

Por otra parte, la Mesa Intersindical de Bombeiros mostró ayer su preocupación por que se repita la ola de incendios del verano de 2006, por lo que pidió a los bomberos de los parques comarcales que están en huelga que, debido a la "situación excepcional", acudan a sus puestos de trabajo "siempre que sean requeridos".