El cielo se oscureció ayer por la tarde en el fondo de la ría de Vigo a causa de dos nuevos incendios forestales declarados en Arcade (Soutomaior) y Pontesampaio (Pontevedra), cuando todavía no se habían apagado los rescoldos del que 24 horas antes comenzó en una ladera de Soutomaior y quemó 200 hectáreas en Redondela.

Tras una mañana relativamente tranquila, en las parroquias de Moreira, O Viso y Ventosela las llamas se reavivaron. Esto obligó a movilizar de un lado a otro a los efectivos de extinción y de la UME desplazadas a la zona durante la madrugada anterior, apoyados por los vecinos con mangueras, cubos o palas.

Cuando parecía que el fuego se controlaba, a las 16 horas surgía un nuevo incendio en Pontesampaio que al cierre de esta edición superaba las 20 hectáreas. Lo peor aún estaba por llegar: a las 18 horas se declaró otro fuego en Arcade, en el lugar de Xunqueiriñas, a unos dos kilómetros del castillo de Soutomaior. Debido a la cercanía del fuego a las casas, la Consellería de Medio Rural decretó la "situación 2", lo que autoriza desalojos. Al caer la noche, fuertes rachas de viento avivaban el fuego, ya cerca del casco urbano y del núcleo de Comboa.

La Consellería envió al primer incendio de Soutomaior, el que se propagó por los montes de Redondela, hasta 32 brigadas, 27 motobombas, 14 helicópteros y tres hidroaviones. Por parte de la Unidad Militar de Emergencias acudieron 208 efectivos y 47 vehículos.

Por la tarde los nuevos fuegos en Pontesampaio y Arcade restaron parte de estos efectivos. Los medios aéreos actuaron hasta última hora del día, con dificultades a causa del intenso humo en la comarca.

En Pontesampaio, las llamas llegaron a rodear casas en el lugar de Acevedo.El fuego comenzó en la zona de O Rañadoiro poco antes de las cinco de la tarde. El avance imparable de las llamas obligó a desalojar seis viviendas hasta las ocho de la tarde, según informó la Policía Local de Pontevedra. La medida preventiva no evitó que se quemase una casa abandonada, un alpendre y un galpón. Una mujer de avanzada edad que vive sola fue acogida por los vecinos.

A medida que avanzaba el fuego se sucedían las escenas de pánico entre los vecinos y afectados, que temían por sus pertenencias. Muchos de ellos se lamentaban porque el fuerte viento ayudaba a la propagación de las llamas. A las nueve de la noche, el fuego ya había llegado al casco urbano. Allí, los vecinos se afanaban en refrescar las fincas y vivivendas con los medios de los que disponían.

Se esperaba una madrugada de nervios como la vivida la noche anterior en Redondela. En esta localidad, el supuesto artefacto incendiario hallado en Vilar de Infesta fue retirado por la Policía Autonómica, que investiga quién lo pudo confeccionar. De haber prendido, sería un acelerante del incendio.