Utilizado por la Brilat en misiones de reconocimiento y vigilancia por primera vez en Afganistán, el "RQ-11 Raven" es un avión no tripulado que puede cubrir un perímetro de 10 kilómetros. Con motor eléctrico, despega impulsado por el brazo de un militar. Vuela a entre 35 y 350 metros de altura y tiene una autonomía de 90 minutos con una batería que se puede reemplazar de inmediato. El Raven puede ser controlado remotamente o volar de forma autónoma usando navegación GPS.

Permite vigilar grandes superficies para comprobar si existe fuego o pequeños conatos o incluso podría realizar un seguimiento a personas o vehículos sospechosos de haber participado en el inicio de algún incendio a la espera de las fuerzas de seguridad o dando indicaciones para su localización. Aunque puede volar de noche -tiene cámara de infrarrojos-, el comandante Iglesias apuntó que es probable que los vuelos nocturnos sean los menos ya que el fuego es "muy fácilmente detectable" en la oscuridad.

Las patrullas de la Brilat contarán con enlaces con la Xunta y las autoridades de cada provincia para avisar de las incidencias que puedan detectar. En 2015 alertaron de 79 incendios, 68 conatos y 25 quemas de rastrojos.