Galicia volvió a acabar 2015 con un saldo migratorio con el exterior positivo, lo que no ocurría desde 2011. Sumaría 163 habitantes más por la diferencia entre quienes llegaron, un total de 10.152 personas -de ellas, 3.962 con nacionalidad española- y quienes se fueron, que se elevaron a 9.989. Dos terceras partes de los que se marcharon, 6.456, tienen pasaporte español y representan el 6,5% de los nacionales que dejaron el país. Los 3.533 restantes eran extranjeros.

Pese a que el resultado final de la emigración externa no resta población a Galicia, los números aportados por el INE permiten constatar que el ejercicio pasado la incorporación a la diáspora exterior de ciudadanos españoles desde la comunidad superó los registros de los últimos años: supone un 37% más que en el año anterior, cuando salieron 4.701, y un 123% más que en 2008, cuando fueron 2.893.

De hecho, si solo se tiene en cuenta a los nacionales españoles, el saldo migratorio exterior de 2015 sería negativo, y habría que restar casi 2.500 ciudadanos, ya que frente a los casi 6.500 que hicieron las maletas, no llegan a los cuatro mil los que volvieron con pasaporte español. Respecto a aquellos que no tienen la nacionalidad española, sus salidas se redujeron entre el año pasado y 2014 un 20% y en un porcentaje similar con respecto a 2008.

Por otro lado, la relación entre salidas y entradas de ciudadanos a otras comunidades (migraciones interiores) se saldó en números rojos para Galicia, que restó por eso 1.882 residentes, lo que la sitúa como la quinta que más pobladores pierde por esta razón, aunque Castilla y León, la más afectada por el fenómeno, multiplica su saldo negativo por 4,5.