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Beiras opta por el silencio antes de reunirse con Iglesias

El líder de Podemos cita mañana al de Anova, a la cúpula de IU y las alianzas catalana y valenciana

Beiras, izquierda, e Iglesias durante una reunión celebrada en enero. // FdV

Algunos silencios resultan elocuentes. El de Xosé Manuel Beiras es uno de ellos. Los resultados del 26-J, en que En Marea perdió casi 67.000 votos y el impulso ascendente de su marca, han puesto sobre la mesa las tensiones en la convivencia entre Anova, Podemos y Esquerda Unida y, lo que es más problemático, sus diferentes visiones sobre el rumbo a tomar a cuatro meses de las elecciones autonómicas. Ambas cuestiones estarán sobre la mesa mañana en la cita a la que Pablo Iglesias, líder de Podemos, ha convocado en Madrid al veterano dirigente gallego, que, por lo menos hasta después de ese encuentro, no prevé realizar declaraciones públicas.

El secretario general morado ha citado también a la cúpula de Izquierda Unida y a representantes de las confluencias catalana, valenciana y gallega. En representación de esta última, la llamada ha sido a Beiras. Fuentes de Anova, sin embargo, se niegan a confirmar si este acudirá, algo que desde Podemos dan por descontado.

Se abordará el resultado decepcionante del 26-J, que consolida un nuevo bipartidismo en la izquierda casi en igualdad de fuerzas, pero con el PSOE por delante. Iglesias también debe debatir con Beiras sobre las elecciones autonómicas de octubre. Sobre la mesa, varios conflictos y una relación que se ha tensado no tanto entre Anova y la nueva dirección de Podemos Galicia -coinciden en dar un papel menos central a las mareas locales-, como entre el inquilino de A Reboraina y diputados de En Marea, especialmente con Yolanda Díaz, pero también con Antón Gómez-Reino y Ángela Rodríguez, partidarios de un protagonismo creciente de las mareas locales. Estos, además, derribaron un tabú al enfrentarse públicamente al referente del ala nacionalista de la alianza por no apoyar la conversión de En Marea en partido o pedirle que dejase paso.

Beiras está molesto y no quiere esconderlo, pero de momento tampoco quiere apagar un fuego con gasolina. Su gesto de bajarse de la tribuna la noche electoral antes de que concluyesen las respuestas de los representantes de En Marea a la prensa resultó elocuente y varios de los allí presentes, incluidos los alcaldes del cambio de A Coruña, Santiago y Ferrol, lo percibieron.

Anova, que ayer celebró una permanente que versó sobre los resultados del 26-J y la estrategia a seguir, se siente arrinconada en En Marea, tras, según entiende, haber sido ninguneada durante la minilegislatura posterior al 20-D, con decisiones en la mesa coordinadora no respetadas por sus socios. Hace semanas Beiras incluso amenazó con un "tengo un límite".

Además, reclama más protagonismo para ensalzar el perfil nacionalista de la alternativa y poner fin a lo que entienden cierto ninguneo por parte de la cúpula podemita estatal. También teme que el protagonismo que pide Marea Atlántica para las mareas locales les reste todavía más foco en un momento clave. En su seno, Anova considera que el granero de votos del BNG, que prevé logre mejores resultados en octubre, puede ofrecerles un plus para adelantar al PSdeG.

Mientras, el mensaje oficial apuesta por la unidad y la repetición de la alianza en las autonómicas, única fórmula para tener la oportunidad de alcanzar la Xunta y derrotar al PP. Las condiciones son las que generan controversia. "No creo que sea el momento de señalar al que está al lado, sino de unirnos y trabajar desde la diversidad y el respeto", declaró ayer Alexandra Fernández, diputada electa de En Marea y miembro de Anova, en declaraciones a la Radio Galega.

Por su parte, Podemos Galicia también tiene sus propios problemas. Veinte secretarios municipales de la organización remitieron una carta a Pablo Iglesias y Pablo Echenique, secretario de Organización, pidiéndoles el cese de Antón Gómez-Reino como miembro de la coordinadora de En Marea -es diputado electo tras encabezar la lista por A Coruña-. Lo acusan de "colaborar con muchas mareas municipalistas que han boicoteado el proceso electoral".

En declaraciones a este diario, Gómez-Reino se mostró abierto a escuchar las críticas, pero también matizó que preferiría que "vayan por los canales oficiales del partido antes que hacerlas públicas". "La secretaria general ya zanjó el asunto", apuntó sobre Carmen Santos, que abogó por analizar la queja. "De todos modos, yo no tenía responsabilidad orgánica sobre la campaña", matiza sobre los comicios en que En Marea perdió 67.000 votos. A Coruña es la provincia donde mayor descenso sufrió.

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