Los enfrentamientos abiertos con Rusia tras la guerra de Ucrania se saldaron con una larga lista de sanciones de la UE al país que van desde los afectados individuales, a los que se les congelaron sus bienes, a sectores al completo, especialmente el armamentístico y el energético, con la prohibición expresa de mantener negocios en común, además de la restricción de visados. Lo que provocó un giro de 180 grados en las relaciones comerciales entre las dos partes, que eran dos socios de referencia hasta el estallido del conflicto.

En 2013, a España vinieron, según rememoró ayer el embajador de Rusia en España en la conferencia que protagonizó en el Club Faro, unos 1,5 millones de rusos. El flujo anual de visitas se estaba incrementando a una velocidad de vértigo, del 30%, con un gasto que rondaba los 2.000 millones de euros. En 2014 y 2015, dice Yuri Korchagin, se mantuvo el mismo ritmo, pero a la baja. "Es indiscutible que la sanciones contra Rusia impactarían en la economía de los países de la UE", sostiene. Las pérdidas acumuladas alcanzan los 100.000 millones de euros y 700 millones en el caso de España, con la que el saldo exportados llegó a rondar los 11.000 millones de euros y ahora se sitúa en unos 5.000 millones.

Lo mismo le pasa a Galicia, como enfatizó el embajador. De unos 400 millones de euros en exportaciones a 237. Los últimos datos disponibles en el Ministerio de Economía dejan en 2015 el menor volumen de ventas desde la comunidad al país en seis años, con apenas 105 millones de euros. En las importaciones el comportamiento es idéntico. De 345 millones de euros en 2013 a 194 millones en 2014 y 121 millones en 2015 por el desplome de las compras de productos energéticos por parte de la comunidad.

"Esta situación -asevera Yuri Korchagin- no beneficia ni a Rusia ni a la UE. Pero no fue Rusia quien congeló las relaciones". El embajador se agarra a las "cada vez más voces" que dentro de la Unión Europea quieren retirar las sanciones, como incluso el Parlamento francés propuso o algunos de carácter regional en Italia y Alemania.

España fue una de las partidarias en suavizarlas. Y el alto representante de Rusia aquí no disimula que los vínculos de los dos países siguen vivos. "Mantenemos una intensa actividad política", indica. Entre los hitos que destacó ayer en Vigo están los trabajos entre consulados para la lucha contra el terrorismo, el tratamiento conjunto de asuntos que atañen a la OTAN, el acuerdo para las adopciones de niños, "grandes proyectos" de cooperación humanitaria, 70 eventos en materia educativa -incluida una cumbre de profesores de ruso con 1.200 asistentes en Granada-, el año dual del turismo que comparten, la apertura en Málaga de una delegación del principal museo ruso y "varios proyectos en materia de agricultura, automóviles o energía".

Ante la posibilidad de encauzar de nuevo las relaciones con España y la UE, el embajador advierte de la necesidad de hacerlo "desde la igualdad, la sinceridad y el respeto y ventajas mutuas". "Es fundamental, sobre todo, en tiempos de crisis como los que vivimos", asegura.