El presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, reclamó ayer un "gran pacto demográfico" en su comparecencia en el Parlamento para presentar los presupuestos de la institución provincial para el año que viene, que crecen un 2,63%, hasta los 77,7 millones de euros.

En la Cámara autonómica Baltar reivindicó "planificación" y "previsibilidad" al tener ya aprobadas las cuentas para el año que viene, en concreto "hace 41 días", siendo "la primera institución en aprobar los presupuestos" de 2016.

Sin embargo, las intervenciones de los portavoces de PSdeG, AGE y BNG se centraron, casi exclusivamente, en pedir su dimisión por la "pésima imagen" que traslada al organismo provincial tras haber sido denunciado por una mujer que asegura que el presidente de la Diputación ourensana le ofreció un puesto a cambio de sexo.

De hecho, el presidente de la comisión, el socialista Xosé Sánchez Bugallo, llamó la atención hasta en tres ocasiones a cada uno de los diputados de la oposición para que se ciñeran al tema, y les terminó retirando el uso de la palabra, pese a sus quejas. Además, los diputados de Alternativa y Bloque Juan Fajardo y Tereixa Paz abandonaron la sala en señal de protesta durante el cierre de la comparecencia por parte de Baltar.

El responsable de la institución provincial ourensana eludió referirse a esta denuncia y no respondió a las críticas de la oposición. Se centró en explicar el contenido de los presupuestos para 2016. Así reivindicó que es la institución provincial gallega que más dedica porcentualmente, según sus cálculos, a inversiones productivas, con 15,6 millones de euros. Además lanzó una propuesta: un "gran pacto demográfico" en el que se integren todas las fuerzas políticas y sociales de Galicia, haciendo "políticas con mayúsculas"; y que aumente la cooperación entre el Gobierno autonómico y los organismos provinciales.

Baltar se presentó como "el único presidente" de una Diputación gallega que "quería serlo" y aclaró que en su caso "no hubo presidente por accidente, ni presidente por connivencia, ni presidente por sorpresa".