El plan de financiación incluye la creación de una comisión de seguimiento para destinada a corregir los elementos que más controversia generan. Y a este órgano ya apelaron ayer los rectores de Vigo y de A Coruña para modificar los criterios que rigen el reparto de los fondos ligados al resultados, porque con las partidas estructurales, en principio no hay problema, ya que se garantiza un reparto equitativo del dinero.

Las universidades tendrán ahora que adherirse individualmente al plan mediante convenios, en los que se comprometerán a cumplir con los objetivos establecidos y garantizar la estabilidad financiera durante el próximo quinquenio.

Tras el informa favorable del Consello Galego de Universidades, el plan de financiación tendrá que pasar ahora por el Gobierno gallego para su aprobación definitiva.