A Galicia le salen cada vez más arrugas. Dentro de una década por cada joven habrá en la comunidad autónoma 1,8 mayores de 65 años. Y la situación será especialmente dramática en el rural, que ensanchará su brecha con las áreas urbanas del eje atlántico. Según las proyecciones del Instituto Galego de Estadística (IGE), en casi la mitad de las comarcas gallegas la cifra de jubilados ya triplicará, como mínimo, a la de jóvenes en el horizonte de 2024. Habrá áreas incluso donde la proporción sea de cinco pensionistas por cada menor de 20 años, como a A Baixa Limia, O Ribeiro, Terra de Caldelas, Terra de Trives, Terra de Celanova, Os Ancares, y A Fonsagrada.

A esto se suma una natalidad en caída libre. A pesar del ligero repunte experimentado en el primer semestre de este año, la previsión para los próximos diez años es que haya un 27 por ciento menos de nacimientos. Con este panorama Galicia perderá 134.800 habitantes en 2024, más que la ciudad de Pontevedra y Vilagarcía juntas. Y, si se toma como referencia, el año 2029 el descenso poblacional subirá a los 207.000 vecinos.

Su principal problema será una sociedad cada vez más envejecida, que disparará el gasto en pensiones y en sanidad, al tiempo que se reduce el número de trabajadores que cotizan a la caja de la Seguridad Social.

Haz click para ampliar el gráfico

Si ahora hay 1,4 mayores por cada joven, en 2024 la proporción será de 1,8 por cada menor de 20 años. Y en cuarenta comarcas del total de 52 que hay Galicia (es decir, en el 77 por ciento) la cifra de jubilados ya será más del doble que la de jóvenes, de ellas hay 22 áreas donde la población anciana incluso equivaldrá a más del triple del censo juvenil.

En algunas áreas la presencia de jóvenes se volverá casi anecdótica. Por ejemplo, en Terra de Caldelas y Baixa Limia, ambas en Ourense, en la próxima década se contabilizarán más de 100 mayores por cada menor de 20 años.

Por el contrario, las comarcas más jóvenes se concentran en la provincia de Pontevedra, con la única excepción de Santiago que en 2024 tendrá la proporción más baja de mayores (1,3 por cada menor de veinte años). Le siguen O Condado, O Morrazo, O Salnés, Pontevedra y Vigo, donde se contabilizarán solo 1,4 ancianos por cada joven.

Pese a un mayor envejecimiento, la mortalidad se mantendrá estable. El IGE prevé 30.797 defunciones en 2024, una cifra prácticamente idéntica a las 30.738 que se esperan para este año.

Sin embargo, los nacimientos caerán en Galicia un 27 por ciento, en el horizonte de 2023 habrá 5.100 alumbramientos menos que en la actualidad. De los casi 19.000 que se prevén para este año, se rebajará la cifra a solo 13.800.

En los concellos del interior los partos serán cada vez más escasos. En veintiocho comarcas nacerán menos de 100 niños al año, según los cáculos del IGE. Ningún área experimentará un repunte de la natalidad. Y donde más caerán los alumbramientos será en A Baixa Limia (un 53 por ciento), en O Ribeiro (un 42 por ciento) y en Muros (37 por ciento).

Ni las ciudades se librarán de la crisis de la natalidad. En la comarca de Vigo nacerán en 2023 un 27,6 por ciento menos de niños, en Pontevedra, un 27,2 por ciento. Y algo similar ocurrirá en A Coruña (con un descenso del 28,4 por ciento) o Santiago (con un 27,5 por ciento menos de partos).

El único aporte positivo a la población gallega será el saldo migratorio. Aunque ahora está en números rojos (-630), es decir se van más personas de las que se asientan en Galicia, la previsión del IGE es que dentro de una década este balance sea positivo y la llegada de inmigrantes supere en 2.535 al número de gallegos que emigran. En todo caso, la estadística no detalla si el saldo positivo se debe a que baja el número de emigrantes o a que se incrementará el número de extranjeros que se instalan en la comunidad.