¿Por qué no hay más fusiones de ayuntamientos?, se le preguntó ayer al vicepresidente de la Xunta y conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda. "Eso habrá que preguntárselo a los alcaldes porque son voluntarias", contestó el también secretario xeral del PPdeG durante la visita ayer al Concello Oza-Cesuras, el primero fusionado en Galicia en 44 años. Anunciada como una de las grandes apuestas de la Xunta para esta legislatura, solo se ha producido una integración municipal, que además arrancó en 2012, antes de las últimas elecciones autonómicas.

Rueda admitía ayer que pese al interés del Gobierno gallego por impulsar las fusiones, éstas no prosperan, entre otras razones, porque los alcaldes se muestran reacios. Lanzaba este mensaje al ser preguntado por las conversaciones sin éxito mantenidas entre Cotobade, Campo Lameiro y Cerdedo y desveladas ayer por este diario.

"No hay vuelta atrás" y Galicia abre "la reordenación del mapa municipal en España", proclamaban en 2012 desde la Xunta tras sellar la primera integración y anunciaban negociaciones para cerrar cuatro o cinco operaciones más que no llegaron a fructificar por el rechazo de los regidores, tanto que ahora el proyecto de legislatura, admitía ayer Rueda, irá "poco a poco", y nuevas fusiones se verán "de aquí a unos años".

El conselleiro reconoció que los regidores están recelosos a dar el paso, al margen de la complejidad que entraña el proceso, pero disculpó que no solo pasa en la comunidad. "Las fusiones no se dan en Galicia ni en el resto de España", argumentó. Pero se muestra seguro de que es el camino que en el futuro deberán pisar los concellos, a pesar "de las dificultades y de los recelos iniciales".

La Xunta, como ha venido insistiendo desde la llegada de Feijóo a San Caetano, considera que el número de ayuntamientos en Galicia es excesivo. "Es mucho más elevado de lo que nos podemos permitir", volvió a soltar ayer Rueda. Pero el proceso de simplificación del mapa municipal, lejos de la premura que el Gobierno gallego intentó imprimir inicialmente a su apuesta, se plantea ahora con un ritmo más pausado. "Estoy seguro de que el panorama pueda cambiar de aquí a unos años", dijo el conselleiro tras la visita a Oza-Cesuras. "Es un camino lento", indicó, para añadir que siempre queda a expensas de la "voluntad" de los alcaldes.

El vicepresidente reconoció que hubo "conversaciones" con varios ayuntamientos para analizar posibles fusiones. Y una de ellas fue con los concellos de Cotobade, Cerdedo y Campo Lameiro -como publicó ayer FARO-. "Hubo conversaciones con documentos encima de la mesa y un planteamiento que hicieron los alcaldes. Pero la decisión de culminar y de avanzar más es de los alcaldes. Yo les dije que tendrían todo el apoyo de la Xunta, pero al final comprendo que es un paso difícil que ellos tienen que valorar", comentó el conselleiro.

Los alcaldes de Cerdedo, José Balseiros, y de Campo Lameiro, Julio Sayáns, reconocieron que junto con Cotobade plantearon una posible fusión, si bien no pasó de una mera conversación "informal" y que tras comprobar someramente las dificultades que entraña el proceso la descartaron, entre otras razones, porque pertenecen a partidos judiciales distintos. La idea quedó desechada, aunque como admiten los dos regidores, con total incertidumbre sobre lo que pasará a largo plazo si, como sospechan, el Gobierno central decide intervenir para simplificar el mapa municipal. Pero a corto plazo ellos no prevén dar paso alguno en favor de la integración.

Alfonso Rueda reveló que además de este caso hubo más conversaciones con otros alcaldes para explorar eventuales fusiones, pero sin dar nombres. "No corresponde a la Xunta dar detalles", dijo el conselleiro, quien en todo caso espera que Oza-Cesuras sirva de ejemplo. "Si aquí se hacen las cosas bien, y creo que se están haciendo bien, será la mejor muestra y la mejor evidencia de que es un camino voluntario que pueden tomar los ayuntamientos. Estoy seguro de que, como todo en la vida, es empezar. Es ir viendo cómo funcionan aquellos que tomaron la valiente decisión, que no es nada fácil. Espero que poco a poco cunda el ejemplo", declaró el conselleiro.

En todo caso, prevé que la situación cambie dentro de unos años. "Con los servicios que prestan ahora los ayuntamientos, como no se unan bajo fórmulas de cooperación o bajo la fusión, que sería la fórmula última, muchas de las cosas que se hacen ahora serán muy difíciles de hacer en el futuro", vaticinó Rueda.