Los 1.300 millones de euros que Novagalicia destinó a provisiones para amortiguar la morosidad y el saneamiento a su cartera de créditos y participaciones empresariales, además de esos 154 para los juicios por preferentes, pasó una enorme factura a los resultados del pasado 2013, con unas ganancias muy discretas, de apenas 18 millones de euros, frente a un margen de intereses -la principal fuente de ingresos de un grupo financiero- que supera los 665 millones. "La entidad ha optado al cierre del ejercicio por no primar la obtención de beneficio y mantener una política de máxima prudencia dirigida a reforzar el balance", avanzó la entidad hace justo un mes, con el reconocimiento también ya entonces de que en las cuentas tenía mucho que ver "los créditos fiscales activados". ¿Cuánto? Pues hasta 435,227 millones de euros. La clave, según figura en el informe anual de que el esfuerzo en dotaciones no desembocara en otro ejercicio de pérdidas millonarias. De hecho, NCG sitúa las pérdidas antes de impuestos de 417 millones como uno de los "factores de riesgo" de 2013.

Con el real decreto de los conocidos como DTA por sus siglas en inglés, NCG identifica 2.468,4 millones de euros en impuestos diferidos monetizables. El banco defiende que podría asegurarlos por beneficios futuros, aunque destaca que la normativa en sí misma los garantiza. Los pagaría el Estado.