En contra de su deseo, Esquerda Unida (EU) está dispuesta a dar un giro a su postura y aceptar en el grupo de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) a Carmen Iglesias Sueiro, a la que ha expulsado de su seno, si sus socios de coalición así lo deciden. El secretario de Organización de EU, Rubén Pérez, admite que su formación "no quiere imponer" su posición sobre el comportamiento de la díscola ourensana, que se negó a ceder su puesto a la número tres de la lista, militante de Anova, tras la dimisión del diputado David Fernández Calviño. El incumplimiento del pacto entre Anova y EU para mantener el equilibrio interno y la no puesta a disposición de su cargo, como rezan los estatutos de Esquerda Unida, fue el argumento con el que esta formación inició su proceso de suspensión de militancia.

Del grupo mixto como ubicación de Iglesias en el hemiciclo se ha pasado ahora a la integración en AGE como opción más probable, tras la declaración de Xosé Manuel Beiras, líder de Anova, que aseguró que sus convicciones democráticas le impedirían vetar a Iglesias si, como ha anunciado, pide la integración en su grupo en el pleno de la próxima semana. "No negaré que ha sido una sorpresa", admite Pérez sobre un gesto que presiona a EU. "Nosotros no impondremos nuestra postura, debatiremos", añade y vincula esta crisis con la escasa trayectoria de AGE, que, en todo caso, "no se romperá".

Esta formación y la cúpula de Anova mantuvieron una reunión ayer sobre este asunto. El lunes una reunión del grupo podría sellar la decisión, si bien EU tiene prevista el jueves una ejecutiva para tomar una decisión y convocar su Consello Político.

Pérez admite que la existencia del grupo mixto reduciría los tiempos de intervención y daría munición al PP. Añade que en su decisión no influye dejar de ingresar pérdida más de 60.000 euros en lo que queda de legislatura por perder un diputado.