Lo que ya el director xeral de Política Financieira, Manuel Galdo, reconoció con la boca muy pequeña durante la comisión de cajas en el Parlamento, queda en evidencia, y sin remilgos, de mano del que entonces era el gobernador del Banco de España. Que pese a las "deficiencias muy parecidas" de ambas, comunes en sus rasgos en "30" entidades de ahorro -elevada concentración en el ladrillo y "estructura financiera comprometida-, Caixa Galicia era una bomba a punto de estallar y Caixanova tenía solución. Hasta el punto de que la antigua caja coruñesa tenía una "necesidad perentoria" de buscar una integración, según relata Miguel Ángel Fernández Ordóñez en su respuesta a la investigación que se sigue en O Hórreo sobre la desaparición del sector financiero autonómico. "Dada su mayor debilidad -insiste-, debía reaccionar con rapidez y buscar una operación suficientemente potente". Mientras, la entidad viguesa, contaba con una "capacidad de actuación superior". "Podía, por tanto, aspirar a una integración más igualitaria y, en este sentido, en el otoño de 2009 había iniciado contactos con otras cajas de ahorro de perfil parecido al suyo, manteniendo unas mayores aspiraciones en los procesos de integración", afirma el entonces máximo responsable del supervisor. Una operación que califica de "atractiva".

La declaración por escrito del anterior gobernador a la comisión muestra la retahíla enorme de problemas detectados en Caixa Galicia ya en las cuentas de 2006, provados por la "explosión" de su crecimiento, con recomendaciones expresas a que parara. De ahí también que Mafo, como se le conoce en los círculos financieros, incluya en su enfermedad "dudas sobre la capacidad gerencial del equipo gestor, consecuencia de la voluble estrategia de negocio seguida". La explicación a que su director general, José Luis Méndez, quedara apartado de las negociaciones para la caja única.

Y a partir de ahí, Fernández Ordóñez apunta directamente a la debilidad de la entidad fusionada y al Gobierno gallego como responsables del fracaso. "Fue la insistencia y el bloqueo de la Xunta de Galicia a cualquier fusión que las cajas gallegas con otras de fuera de su comunidad, la que impidió cualquier opción no gallega a la solución de los problemas", critica. Para, a continuación, dejar muy claro el sentido de sus palabras en el Congreso de los Diputados durante su comparecencia en la comisión de investigación que también la Cámara Baja impulso para analizar el sector. El exgobernador incidió que, frente a ese bloqueo del presidente Alberto Núñez Feijóo, la única opción era acatar la fusión o intervenir las dos entidades. Xunta y PP utilizaron la frase durante este último año para tratar de apoyar su teoría de que las dos cajas estaban igual. Y ahora Mafo, que apunta que "en reiteradas ocasiones" intentó cambiar la postura del jefe del Ejecutivo autonómico, concreta: fue el "mal menor" para "evitar una situación de bloqueo".

A la Xunta también le recuerda el exgobernador que contaba con "competencias, facultades y posibilidades" de conocer todo lo relativo a los sueldos de los directivos, e incluso controlarlos. Los contratos, recuerda, son "muy anteriores" a las normativas y recomendaciones impulsadas en España respecto a la remuneración de altos cargos bancarios y niega que el pago influyera en la solvencia de la entidad.