El presidente del BBVA, Francisco González, reclamó ayer al Gobierno que adelante todo lo posible la privatización de las entidades en manos del sector público -Novagalicia Banco, Catalunya Banc y Bankia- para que finalice cuanto antes el saneamiento y la reestructuración del sector financiero. Es una condición necesaria, aunque "no suficiente", para la recuperación del crédito, apuntó ayer durante la inauguración del seminario "Competitividad y Marca España", organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y patrocinado por su entidad.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, también presente en el seminario, dejó claro que "nada más lejos" del planteamiento del Gobierno que dejar como públicas a las nacionalizadas, pero al mismo tiempo señaló que debe valorarse que estas entidades deben hacer frente al compromiso que han asumido de devolver las ayudas públicas recibidas.

Francisco González también abogó ayer por ser "conservador" y llegar a las próximas pruebas de resistencia a la banca que llevarán a cabo las autoridades europeas "con la mayor solvencia posible", de manera que se eviten "sorpresas negativas".El presidente del BBVA recordó que aún hay "ciertas incertidumbres" sobre qué capital o ratio de liquidez se pedirá en las pruebas que se efectuarán en 2014.

El banquero confía en que estos aspectos, así como la situación de las entidades, queden claras antes de final de año, y así evitó "anticipar" su opinión sobre si el Gobierno debería utilizar antes de diciembre el resto del rescate europeo a la banca que quedaría pendiente, 60.000 de los 100.000 millones que se concedieron. En todo caso añadió: "Hay que ser conservador y tener precaución".

A su juicio es preciso utilizar mejor todos los recursos disponibles, públicos y privados, reorientándolos hacia la financiación de actividades productivas. Asimismo, se mostró convencido de que España está "en el principio del final de la crisis", pese a que tanto en este país como en Europa está siendo más larga y más profunda de lo que hace cinco años se podía prever. En su opinión, "finalmente se está caminando en la dirección correcta", aunque cree que quedan reformas pendientes.