La agresiva quita establecida en el Memorando de Entendimiento (Mou) que guía el rescate europeo para los propietarios de preferentes y deuda subordinada no tiene marcha atrás. A los tenedores se les exigirá que asuman una parte de las cargas derivadas de reflotar la entidad de la que tienen las emisiones y Bruselas no se plantea otra cosa que no sea ésa. El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, fue tajante en su comparecencia a puerta cerrada en la subcomisión del FROB en el Congreso celebrada a puerta cerrada el pasado martes. Que la Comisión Europea no admite negociación posible para el canje. Y, como también el ministro de Economía recordó ayer ante los diputados, los dictados comunitarios sobre ayudas de Estado -"que aplica el comisario Almunia", especificó- hay que asumirlas. Porque son anteriores incluso al propio Mou.

Pues como el también responsable del departamento de Competencia de la Comisión dejó entrever durante los días en los que la polémica de las preferentes estalló, Restoy manifestó, como adelantó ayer El Mundo, la posibilidad de que el Gobierno ponga en marcha su propio mecanismo de compensación. Es a lo único a los que cedería Bruselas. Joaquín Almunia puso sobre la mesa en su momento que los Presupuestos Generales del Estado fijaran una partida a modo de "subsidio" para equilibrar lo que les correspondería a los ahorradores tras el impacto de la reestructuración y el valor real de los títulos.

De otra manera, el techo que recogen las normativas europeas no podría superar nunca un 10% adicional al valor de mercado, en estos momentos desplomado por la crisis y la nacionalización de las entidades. Porque son Novagalicia, Bankia y CatalunyaCaixa los bancos que cuentan con la mayoría de las preferentes pendientes de canjear ante la inminencia de sus ajustes.

En el caso de NCG, el arbitraje permitió la devolución de 77 millones de algo más de 900 millones que, según la entidad, se acumula en preferentes entre minoristas. Pero hay otros 900 millones que los pequeños ahorradores tienen acumulados en deuda subordinada el banco gallego.