Pamela Álvarez y Nicole Piñeiro se enfrentarán dentro de dos meses a los exámenes de selectividad. Ellas tienen claro que quieren continuar su formación en la universidad, pero son una excepción en su clase. "La mayoría va a ir a Formación Profesional porque no creen que se consiga trabajo con un título universitario y los pocos que queremos ahora no sabemos si podremos", cuentan. Las asociaciones de universitarios están de acuerdo: "la subida de las tasas va a provocar una elitización de la enseñanza universitaria".

Estos colectivos reconocen que la medida anunciada por el Ministerio les ha pillado por sorpresa por el alto porcentaje de la subida. Sin embargo, han reaccionado rápido y ya preparan movilizaciones para mostrar su descontento con una decisión que califican de "agresión sin precedentes". La primera quincena de mayo es el horizonte que manejan los Comités Abertos de Galicia para celebrar manifestaciones en los campus gallegos, donde ayer ya se palpaba la irritación y el despertar de un espíritu combativo tanto entre estudiantes como entre profesores. A nivel estatal, la Federación de Asociaciones de Estudiantes ha propuesto una huelga de la enseñanza para el 10 de mayo contra lo que han denominado como el tasazo, mientras que el movimiento madrileño Toma la Calle se adelantará con protestas el 25 de abril.

Daniel Candal, responsable de los comités abertos, vaticina que las medidas propuestas por el Ministerio de Educación, de ser seguidas por las comunidades autónomas, desembocará en "una criba de estudiantes de grandes magnitudes". Su opinión es compartida por la mayor parte de los docentes y alumnos que ayer se encontraban en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial. "La decisión no está basada en criterios económicos, sino en una ideología política que pretende fomentar la universidad privada", reprueba Luís Fernández, profesor de Seguridad y riesgo electrónico. Su compañero Luís Rodríguez, que imparte Mecánica de fluidos, cree que este incremento en el coste de la matrícula disuadirá a posibles universitarios. "Lo que está consiguiendo el capital con esta crisis es aumentar las distancias entre clases", analiza Luís, que está de acuerdo con que paguen más aquellos estudiantes con mayores posibilidades económicas, siempre que haya un buen plan de becas. "Aunque lo desconozco, tengo mis serias dudas de que sea así", lamenta y añade que "se perderá gente con capacidad y sin recursos".

Los estudiantes lo confirman. Acceder a una beca hoy en día es una tarea complicada. "Antes exigían que aprobaras un 80% de las asignaturas, pero ahora si no apruebas todo y con buenas notas, te la quitan", cuenta Rosana Francisco, estudiante de tercer año de Administración y Dirección de Empresas, que ve "lógico" en parte que suban las tasas con motivo de la situación económica, pero censura que sea "tan fuerte".

Los alumnos que quieran contribuir a costear parte de su matrícula con un empleo, tampoco lo tendrán fácil. "Con los nuevos grados del plan Bolonia no se puede compatibilizar el estudio y el trabajo", explica Enrique Leirachá, que propone que el Estado retire del gasto militar los 3.000 millones que pretende ahorrar en educación.

Arriesgarse a suspender una asignatura por dedicar parte del tiempo a trabajar, tampoco parece una buena opción, ante el incremento que sufren las segundas, terceras y cuartas matrículas. "Todavía más presión en los exámenes. Los profesores podrían abrir la mano", plantea Víctor Dobao, alumno de tercer curso de ingeniería electrónica. Al profesor Luís Rodríguez le parece difícil: Si lo haces por un motivo solidario puede que estés cometiendo una injusticia y bajando el nivel de exigencia. Hay que pensárselo." ´