Luis de Guindos, que fuera secretario de Estado de Economía del PP y que ahora figura en las quinielas como futuro ministro de Economía o gobernador del Banco de España si Rajoy gana el 20-N, pronostica que habrá una nueva ronda de fusiones en el sector financiero en busca de eficiencia, dado que cada vez se estrechan más los márgenes de beneficio de las entidades por la atonía de la economía y se incrementan las restricciones de liquidez por la cerrazón de los mercados mayoristas.

El ahora director del Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School, Luis de Guindos, aseguró ayer que "a un año vista, el proceso continuará con más operaciones relevantes" porque pese a la reducción del número de cajas de 45 a 17, el mercado español "aún sigue fragmentado". De Guindos añadió que la cada vez menor influencia de las comunidades autónomas en el sector financiero "es algo bueno".

El economista lanzó estas declaraciones en la presentación de un estudio del Centro del Sector Financiero de PwC y el Instituto de Empresa, que concluye que la banca pequeña y mediana española necesita 5.000 millones de euros para adecuar su nivel de solvencia a las nuevas exigencias europeas y sanear su exposición a la deuda soberana.

La institución europea EBA cifró en 26.100 millones las necesidades de los cinco grandes bancos: Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank y Popular.

El estudio, presentado por De Guindos, cifra la cuantía global en 35.000 millones de euros y establece en 5.000 millones las necesidades de la banca pequeña y mediana al incluirse capital del Frob ya inyectado en las cajas débiles.

El informe incide en que la recapitalización será insuficiente si persisten las dudas sobre la calidad de los activos de los balances y no se fuerza un saneamiento total de los mismos, tanto en España como en Europa. Para De Guindos, el suelo "es el verdadero activo problemático" de las entidades financieras, por encima de su exposición a la deuda soberana.

Para De Guindos, la banca española acumula una exposición al suelo dentro de su riesgo inmobiliario y promotor por importe total de unos 120.000 millones de euros, provisionados al 30%, y debe reconocer las pérdidas en balance asociadas a su depreciación para posteriormente cubrirlas con capital.

"Es necesaria una valoración ajustada a la realidad", declaró el ex secretario de Estado de Economía, quien en todo caso rechazó la necesidad de provisionar la totalidad de los préstamos en suelo. También defendió que hay ajustar las valoraciones del precio de la vivienda.

En su opinión, "si no se fuerza un saneamiento total de los activos, incluidos los tóxicos que todavía tienen en balance los bancos, la recapitalización acordada a escala europea puede no ser suficiente para mejorar el acceso de la financiación de las entidades", ya que incentiva a dotar menos provisiones para generar más reservas y a reducir el crédito bancario.

Sobre la gestión de Miguel Fernández Ordóñez como gobernador del Banco de España, De Guindos comentó que no es quien para concluir si ha acertado o se ha equivocado, pero añadió que su percepción es que "el tiempo no arregla las cosas".