Las reticencias de las universidades gallegas a realizar cesiones para materializar la descentralización de la titulación de Medicina y la ausencia de un marco legal para crear la figura del profesor colaborador docente (PCD) ponen en riesgo el pacto firmado en febrero entre los tres rectores, la Consellería de Educación y el Sergas para impartir docencia clínica en todos los hospitales de la comunidad.

Buscar la fórmula para que los alumnos de 4º, 5º y 6º de Medicina, una de las titulaciones históricas de la Universidad de Santiago, puedan hacer sus prácticas en cualquier centro hospitalario de Galicia (bajo la supervisión de un médico al que se le adjudique la venia docendi para formar con su experiencia a los futuros doctores de la comunidad) está resultando más complicado de lo que parece. Tanto es así, que la paz firmada hace apenas un mes entre las tres universidades y la Xunta (a través de Educación y Sanidade) podría bloquearse de nuevo en un túnel sin salida si las instituciones universitarias no aparcan, en esta cuestión, los derechos adquiridos ni olvidan, por un instante, su cuota de poder, según fuentes consultadas próximas a la negociación.

Cuando todo parecía en orden, tras el acuerdo alcanzado para crear la figura del profesor colaborador docente, con el objetivo de que los 900 alumnos de los últimos cursos de Medicina puedan realizar prácticas con normalidad el próximo curso en todos los hospitales de la red del Sergas, Santiago ha vuelto a levantar el hacha de guerra oponiéndose “a la segregación de Medicina” quizás por temor a que la USC pierda “el poder absoluto” de la titulación.

En esta ocasión han sido los seis candidatos a rector de la institución compostelana los que “por unanimidad” rechazan la letra pequeña de la descentralización. Pese a que queda mucho por definir, los rectorables se niegan a que los nuevos médicos que se nombren para impartir docencia pasen a depender administrativamente de la universidad más cercana al hospital en que trabajan. Entienden que, de ser así, la facultad de Santiago cedería ante las presiones localistas de A Coruña o Vigo de cara a un futuro título compartido de Medicina. Aunque el actual rector, Senén Barro, aclaraba hace unos días que si hay algo indiscutible en la filosofía del pacto es la “titularidad única” de Medicina con una “facultad única”, el ayuntamiento de Santiago se unió ayer a las críticas al pacto lanzadas por los rectorables.

Las tres fuerzas políticas que conforman la corporación municipal del ayuntamiento compostelano aprobaron ayer una declaración institucional en la que se oponen a “cualquier iniciativa orientada a la división o segregación de la titulación de Medicina en el ámbito de la Universidad de Santiago”. PPdeG, PSdeG y BNG alertan de que la segregación o descentralización supondría una “ruptura” de los principios del mapa de titulaciones aceptados en el momento histórico de la creación de las universidades de A Coruña y Vigo. Según estos principios, “la USC renunció a otros títulos para mantener en exclusiva la docencia de Medicina”, tal y como recoge el concello en la declaración. “Plantear una división de la enseñanza de Medicina en momentos de crisis sólo contribuirá a empobrecer un sistema que ha demostrado desde hace siglos una probada eficacia y solvencia tanto en los apartados de la investigación como en los de la docencia”, advierten.

Lucha localista

¿Cómo explicar las dificultades para regular las prácticas de los futuros médicos gallegos en los hospitales de la comunidad? El pacto alcanzado por Sergas, Educación y rectores establece que los nuevos médicos-profesores dependerán “a nivel docente” de la USC y, “a nivel administrativo” de la universidad más cercana a sus hospitales. Según fuentes de la negociación a cinco bandas, esta parece ser la clave de las desavenencias entre las tres instituciones universitarias “debido a una incorrecta visión localista”.

De llevarse a cabo, los profesores nombrados en los hospitales de Vigo o A Coruña estarán vinculados “administrativamente” a dichas universidades. “Académicamente pertenecen a la USC porque es quien ostenta la titulación. En docencia, gestión de cualificaciones o programas de las materias lógicamente estarían vinculados a Santiago. Los que impartan en hospitales de Vigo o A Coruña, como un usuario más, deberían utilizar los servicios de dicha universidad, como el acceso a la biblioteca o la obtención de la tarjeta de universitaria, pues para aparcar, por ejemplo, porque físicamente están próximos. Son flecos que todavía hay que debatir, claro”, añaden fuentes de la negociación.