La alarma ha vuelto a saltar entre los transportistas gallegos. Al menos seis camiones se quedaron ayer tirados en Pontevedra y A Coruña tras repostar gasóleo A en algún surtidor de Repsol. La media docena de afectados ya tienen el informe de talleres que vuelve a apuntar al combustible como causa de la avería. Como ya había ocurrido el pasado mes de octubre, la obturación en el filtro de gasoil acabó paralizando el motor. Por el momento, la refinería no ha recibido reclamación alguna y mantiene que el combustible que sale de sus instalaciones "cumple las especificaciones técnicas de calidad".

Pero las explicaciones de Repsol no parecen convencer a los afectados. "Ahora volverán a decir que no hay partida de gasóleo defectuoso y que todo está bien. Eso ya lo hicieron en octubre y ahí están los resultados", denuncia el presidente de la Asociación de Transportistas de A Coruña, Bernardino Torrente, en alusión al más de un centenar de turismos y camiones averiados en octubre por una partida de gasóleo dañado. Entonces, todas las averías se produjeron en las mismas condiciones: los vehículos se pararon en seco al llegar al llegar a una temperatura ambiente de cinco grados. Los transportistas sospechan que la nueva ola de frío provocará una nueva ola de fallos mecánicos derivadas del mal estado del combustible.

Como principal hipótesis de las averías, en un primer momento, se apuntó a un exceso de parafina en el combustible e incluso a la mezcla de biodiesel. Incluso las gasolineras señalaron como responsable a Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), encargada del almacenaje del combustible que procede de Repsol y de la mezcla de los aditivos específicos de cada marca. "Tal ve el problema es que hayan utilizado los aditivos de verano en vez de los de invierno", apuntaban ya entonces fuentes del sector.

El verdadero motivo se conoció en noviembre tras el refuerzo de inspecciones ordenadas por lndustria. Los controles promovidos por la Xunta en octubre en 60 gasolineras de la provincia de Pontevedra revelaron que había producto con "anomalías" en el 10%. ¿Qué anomalía se detectó? Según expuso entonces el conselleiro de Industria, Fernando Blanco, la normativa europea establece que los carburantes no pueden producir moléculas obstructivas por encima de los diez grados bajo cero. Pero el gasóleo intervenido en octubre ya presentaba esas moléculas obstructivas a los seis grados bajo cero.