En el último lustro, los espumosos gallegos, elaborados con variedades autóctonas tanto blancas (albariño, godello) como tintas (sousón, brancellao, caiño, espadeiro), están ganando cada vez más adeptos entre los consumidores, para quienes se han convertido en una alternativa excelente a los cavas y champanges.

A la D.O. Rías Baixas, las burbujas llegaron en 2011 y desde entonces, la producción ha registrado un crecimiento exponencial: las bodegas que comercializan vino espumoso han pasado de cinco a diez y el volumen de litros vendidos creció en un 410 por ciento, desde algo más de 18.000 en 2012 a los 95.000 que se despacharon en 2016.

De la subzona del Condado do Tea es una de las bodegas pioneras en la elaboración de espumosos de calidad Rías Baixas, que ofrece actualmente tres variedades de sus “burbujas del Atlántico”: un extra brut y un brut nature cien por cien albariño, de los que producen 8.000 botellas de cada uno y que tras su elaboración tienen una presencia alcohólica del 12,5%; y un brut tinto, elaborado con sousón, brancellao, caiño y espadeiro, cuya graduación es del 12% y del que sacan al mercado 3.800 botellas.

El método de elaboración utilizado es el Tradicional Champenoise: fermentación del vino en depósito, embotellado y segunda fermentación en botella durante un período mínimo de 9 meses, momento en el que se realiza el degüelle de la botella.