La presidenta del Colectivo de víctimas del terrorismo (Covite), Consuelo Ordóñez, acusó ayer al Gobierno de hurtar "a las víctimas de ETA la foto de la derrota" de la banda terrorista, cuyo final, dijo, no es el que "merecen" ni las víctimas ni la sociedad, y que habría sido "diferente" si el Ejecutivo "hubiera puesto algún empeño".

Covite presentó ayer en San Sebastián el manifiesto "ETA quiere poner el contador a cero", que ya han suscrito más de 40.000 personas, entre ellas, víctimas de ETA y del IRA. El documento fue leído por Joaquín Echeverría, padre de Ignacio Echeverría, el 'héroe del monopatín', asesinado por el grupo yihadista Estado Islámico en los atentados de Londres del 3 de junio de 2017. Otros promotores del manifiesto son la eurodiputada de UPyD, Maite Pagazaurtundua, los filósofos Joseba Arregi y Fernando Savater o el político Teo Uriarte.

El Parlamento Europeo fue, mientras tanto, escenario de un rifirrafe suscitado por el anuncio de la disolución de ETA. Las protagonistas fueron la eurodiputada norirlandesa Martina Anderson (Sinn Fein) y la española Teresa Jiménez Becerril (PP), hermana y cuñada de dos asesinados por ETA. Tras una recomendación de Anderson ("no dejen pasar esta oportunidad histórica para la paz"), la eurodiputada sevillana respondió con dureza: "Señora, en España no ha habido ninguna guerra, así que no hable de paz", sentenció.