La extradición de Puigdemont por el cargo de malversación "no será fácil", anticipa la ministra de Justicia alemana, la socialdemócrata Katarina Barley. En contra del criterio del Gobierno de Angela de Merkel de que la cuestión catalana se resuelva dentro de los cauces de la legislación española, Barley defendió la decisión de la Audiencia Territorial de Schlewig-Holstein de cerrar la puerta a que el expresidente catalán pueda ser juzgado por el delito de rebelión y dejarlo en libertad bajo fianza de 75.000 euros. "Es absolutamente correcta. La esperaba", manifestó Barley en declaraciones al diario "Süddeutsche Zeitung".

Sobre la entrega a España por el delito de malversación, la ministra anuncia que "no será fácil". Si el Gobierno de Rajoy no justifica esta petición de forma adecuada "se levantará la orden de detención" y "entonces Puigdemont será un hombre libre en un país libre, es decir, en la República Federal alemana", apunta Barley. La ministra señala además que conviene "hablar también de los componentes políticos" del caso.

Estas manifestaciones generaron ayer malestar en el Gobierno español. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, considera las declaraciones "desafortunadas" y entiende que suponen una injerencia en los asuntos judiciales.

En su opinión, "entrar a cimentar decisiones de los jueces" por parte del Ejecutivo alemán "no parece lo más apropiado en estos momentos". "Me parecen declaraciones un tanto desafortunadas", apuntó.

El titular de Justicia, Rafael Catalá, sostiene que no todo está perdido y confía en que, en los pasos que faltan en el proceso de extradición, la fiscalía alemana recupere la imputación por rebelión contra el presidente catalán. El ministro ha insistido en que la labor de los gobiernos debe ser respetar la independencia del poder judicial y acatar las resoluciones judiciales.