Los partidos independentistas retuvieron ayer el control de la Mesa, el órgano de gobierno del Parlament, en una jornada tranquila si se la compara con la última celebrada en la Cámara autonómica: la de la declaración de independencia del pasado 27 de octubre. Roger Torrent (ERC), de 38 años, fue elegido presidente en la segunda ronda, gracias al voto en blanco de los ocho diputados de "los comunes", a los que, por sorpresa, se sumó un noveno, que con seguridad provino del bloque constitucionalista.

Tanto el PSC como el PPC negaron que alguno de sus representantes hubiera votado en blanco en vez de por el candidato de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra. Y el democristiano Ramón Espadaler, integrado en el Grupo socialista, lo desmintió personalmente.

Torrent no salió elegido en la primera ronda, cuando se requiere mayoría absoluta (68 diputados o más), porque el bloque secesionista contaba con cinco votos menos y sumaba sólo 65: los de Carles Puigdemont y los cuatro exconsejeros que huyeron con él a Bruselas, todos los cuales obtuvieron acta el pasado 21 de diciembre, pero que ayer no pudieron delegar su voto.

Los soberanistas salvan así el primer obstáculo para recuperar el Gobierno y las instituciones catalanas, y se sumen ahora en los preparativos de la investidura de Puigdemont. Debe ser, a lo más tardar, el próximo día 31, en primera votación, con mayoría absoluta, y dos días después, con más "síes" que "noes". Y con la incógnita de si la Mesa permitirá la votación telemática que pide Junts per Catalunya (JxC) pero Esquerra sigue sin ver clara.

De hecho, ambos partidos han pactado que el candidato propuesto sea Puigdemont, pero ERC se apresuró a aclarar que ese acuerdo no significa que el expresidente tenga el aval definitivo de los republicanos, máxime cuando el Gobierno ha amenazado con mantener la aplicación del artículo 155 en tal caso.

La Mesa de la XII Legislatura catalana queda compuesta por cuatro independentistas: Torrent; el vicepresidente primero, Josep Costa, y el secretario primero, Eugeni Campdepadrós (JxC), y la secretaria cuarta, Alba Vergés (ERC), mientras que habrá tres no independentistas: el vicepresidente segundo, Espejo-Saavedra; el secretario segundo, David Pérez (PSC), y el tercero, Joan García (Ciudadanos).

Torrent debutó con un discurso en el que aunó críticas a la aplicación del 155 y a la situación de los ocho encausados independentistas con llamamientos al "entendimiento, el diálogo y a la convivencia" cuyo "tono conciliador" mereció incluso las alabanzas del diputado Santi Rodríguez, del PPC.

Como su predecesora, Carme Forcadell, Torrent prometió que en la Cámara podrá hablarse "de todo", en alusión a la independencia, pero evitó usar expresiones como "presos políticos" y "exilio". Tanto es así que la CUP juzgó que la alocución "traiciona el espíritu" del 1-O y advirtió que hace peligrar su respaldo a la investidura de Puigdemont.

El punto conflictivo de la sesión era si los independentistas pedían la delegación de voto para sus ocho diputados encausados. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, había advertido de que impugnaría ante el Constitucional el voto delegado para los huidos a Bélgica, y que estudiaría hacerlo si se pedía para los tres encarcelados.

Al final, JxC y ERC pidieron la delegación del voto para los presos pero no para los huidos, lo que evitó la primera confrontación directa con el Gobierno de la nueva legislatura. El Ejecutivo correspondió y renunció a recurrir la delegación de voto para los tres diputados en prisión.