El presidente Rajoy salió ayer levemente animado de su entrevista con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tras el choque frontal del martes con el socialista Pedro Sánchez. Rajoy y Rivera abrieron canales de negociación sobre contenidos de Gobierno, aunque ni el líder naranja trocó su anunciada abstención por un sí ni el popular le dio respuesta a su petición de fecha y hora para la investidura.

El balance de Rajoy -para quien las terceras elecciones con las que amenazó el martes al PSOE serían "inadmisibles" y "una vergüenza"- es sencillo: "Hemos dado un primer paso" y "la más larga caminata empieza por un primer paso". Un paso que ha suscitado comentarios jocosos pero en el que, con todo, hay un aspecto nada despreciable: Rivera aparca, de momento, su exigencia de que un futuro Gobierno del PP no esté encabezado por Rajoy.

Más allá de ese modesto arranque, la situación se presenta así a ojos de Rajoy, según explicó él mismo en rueda de prensa: el PSOE le resulta imprescindible para ser investido y Ciudadanos le resulta imprescindible para que haya un Gobierno estable.

De modo que, en vista de que no logra avanzar por la vía de la investidura -"si el PSOE vota no, no habrá investidura", dijo-, el Presidente en funciones se concentra en el día después. Con este fin entregó a Rivera, que se le ofreció para hacer de mediador con el PSOE, el documento negociador que el martes no llegó siquiera a acercarle a Sánchez.

Un documento en el que los papeles estelares se reservan a la negociación del techo de gasto, las medidas para corregir el déficit público -que deben estar en Bruselas antes del 15 de octubre- y la elaboración de los Presupuestos del Estado para 2017, aguardados en el Congreso a más tardar el 30 de septiembre. Sin olvidar la respuesta al desafío independentista: un pacto constitucionalista por la unidad de España.

"Hoy me voy de aquí sabiendo que voy a poder negociar algo", enfatizó Rajoy en la rueda de prensa, conjurando con esa frase el abatimiento que arrastra desde el 20 de diciembre por el cordón sanitario al que ha sido sometido desde entonces. El Comité de Dirección del PP, con el que se reunió tras ver a Rivera, interpretó que en el Presidente alienta ahora el optimismo. Y, en consecuencia, concluyó y filtró a las agencias que ya no urge hacer la investidura el 23 de agosto y que los frutos del neonato diálogo pueden esperar a septiembre.