La posibilidad de encontrar una salida al conflicto del barrio de Gràcia se disipó ayer al renunciar el Ayuntamiento de Barcelona a la compra del inmueble conocido como "banco expropiado". El Consistorio considera "desorbitado" el precio de más de medio millón de euros pedido por la propiedad del inmueble "okupado", cuyo desalojo desencadenó una oleada de disturbios callejeros. El concejal del distrito de Gràcia, Eloi Badia, explicó que el Ayuntamiento nunca se ha planteado una compra con destino al patrimonio municipal sino "una compra a precio razonable, asumible por el tejido asociativo" para que este se "hiciera cargo del proyecto de colectivización". La vicepresidenta Santamaría descalificó la iniciativa del ayuntamiento y aseguró que la alcaldesa, Ada Colau, "ha perdido absolutamente el norte".

Los disturbios de Gràcia propiciaron ayer un enfrentamiento entre el Govern y el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, quien tildó de "inadmisible" el silencio al respecto del president Puigdemont, que atribuyó a que "no quiere incomodar" a la CUP. El Govern consideró "gravísima" la acusación y anunció que sus servicios jurídicos estudian si es "punible".