Mariano Rajoy no quiere ahora celebrar un cara a cara con Pedro Sánchez, sino un debate a cuatro con el líder del PSOE y los de Podemos, Pablo Iglesias, y Ciudadanos, Albert Rivera. El formato que el jefe del Ejecutivo en funciones desdeñó en diciembre le parece ahora "idóneo" porque es "el que mejor representa la pluralidad" de las nuevas Cortes.

El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, encargado de transmitir el nuevo planteamiento del líder del PP, adelantó incluso que en caso de que Rajoy aceptara al final un cara a cara, el elegido podría ser Iglesias y no Sánchez. "Habría que evaluar quiénes serían esas dos fuerzas que las encuestas reflejan con mayor importancia de cara a los comicios", explicó Casado.

El secretario de Organización del PSOE, César Luena, reclamó a Rajoy que acepte el cara a cara con Sánchez con el argumento de que "no se le puede hurtar a los españoles un debate entre quienes ahora gobiernan y la alternativa que gobernará después del 27 de junio", en referencia a su partido.

Lo que Sánchez no aceptará de ninguna manera es un debate a dos con Iglesias, dado que, según Luena, este formato lo tienen que protagonizar "quienes tienen opciones de ser presidente".

Ciudadanos había ratificado que Rivera sólo iría a debates en los que participaran todos los líderes. Sin embargo, finalmente ha aceptado un cara a cara con Iglesias, el 5 de junio en el programa "Salvados" de La Sexta, porque "a los que venden humo hay que desenmascararlos con hechos y soluciones", dijo el secretario de Comunicación del partido, Fernando Páramo.

Mientras tanto, Rajoy advirtió al PSOE que si pacta con Podemos acabará siendo "devorado". Los socialistas se proponen crear 217.000 empleos públicos "de transición" en un año, con un coste de 1.300 millones, según informó el diario "El País".