Los cuatro concejales del PSOE en el Ayuntamiento de Barcelona se integrarán en el gobierno de la alcaldesa, Ada Colau, para dar mayor estabilidad a un equipo que en las semanas precedentes no ha conseguido sacar adelantes los nuevos presupuestos, al no darle su apoyo la CUP. La unión de Barcelona en Comú y los socialistas, que ahora se someterá a la consulta de ambas formaciones, no garantiza, sin embargo, la mayoría absoluta. Ambos suman quince ediles (11 de BComú y los cuatro del PSOE), lejos todavía de los 21 que se necesitan para sacar adelante los principales asuntos. El equipo de gobierno estará obligado a negociar con una oposición que ayer coincidió en descalificar el acuerdo con términos como "débil", "fracaso", "traición", "poco ético", "reparto de cargos", "desastre" o "estafa".

El portavoz socialista Jaume Collboni será el segundo teniente de alcalde Colau y asumirá el área de Empresa, Cultura e Innovación. Sus tres compañeros de grupo también tendrán delegaciones de la Alcaldía. "En el momento en el que estamos, podemos contribuir al bloqueo o al cambio. Nosotros nos apuntamos al cambio", afirmó ayer el socialista en defensa de su acuerdo con Colau. Para la alcaldesa, a punto ya de cumplir un año en el cargo, se trata de un pacto "valiente y generoso", que "no es una simple repartición de áreas" y pone a "la ciudad y sus necesidades por delante de los intereses de partido". Colau llamó a consolidar una "mayoría de izquierdas" en el Ayuntamiento de Barcelona, con el apoyo de ERC y la CUP, aspiración compartida por Collboni. Sin embargo los destinatarios del mensaje se mostraron ayer muy distantes del acuerdo y la CUP incluso animó a la bases de BComú a votar en contra del mismo.