El líder de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, ofreció ayer a cada parado un cheque por valor de 1.200 euros para mejorar su formación y abogó por la aprobación de una nueva ley electoral, con listas abiertas, en la que los votos de los electores sean "preponderantes" y "valgan igual". En Las Palmas de Gran Canaria, Rivera desgranó algunas de las propuestas de C's para combatir el desempleo, que definió como "un problema español"; entre ellas, una bonificación de 50 euros para que los autónomos paguen menos cuota el primer año o un contrato de igualdad de oportunidades que garantice que los ciudadanos tengan contrato indefinido desde el inicio de su vida laboral.

Otras ideas son eximir un año del pago a la Seguridad Social al empresario que saque a una persona del paro y el cheque de formación para desempleados, con el que, además de mejorar la cualificación del parado, se pretende perseguir que "no sean las patronales y los sindicatos quienes tengan el monopolio de la formación" ocupacional. El presidente de Ciudadanos también aludió a la financiación de los partidos políticos y dijo que "es mentira que sea insuficiente". "Lo que pasa es que algunos quieren llevarse mordidas de las obras públicas, pero eso son redes delictivas en torno a la política", denunció.

Sobre alianzas con otras formaciones, Rivera dijo que su partido no formará parte de "cambalaches, coaliciones, círculos o cuadrados", porque C's "no viene a cambiar sillas, sino a tirar de la manta y destapar la corrupción". Así, defendió una Fiscalía General del Estado que persiga los delitos, independientemente de que "te llames Artur Mas o Borbón". Y, sobre Andalucía, dijo que el PSOE tiene la oportunidad de romper con el pasado si expulsa a los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, imputados en la trama de los ERE. Si eso ocurre, después podrían empezar "a hablar de proyectos".

Por su parte, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, señaló que es "bueno" que haya nuevas formaciones políticas, como C's, pero precisó que "el cambio y el recambio son cosas diferentes". Lo primero, en su opinión, consiste en "estar con la gente y no defender los privilegios de los de arriba", y en "cuestionar la corrupción y las políticas que han llevado al desastre". A su juicio, es preciso "gobernar a favor de la gente", e insistió en que los problemas son la corrupción y la política de austeridad.

Y a pesar de que dijo que la cuestión de los pactos está "fuera de agenda" hasta que se celebren las elecciones, fijó las bases para entablar alianzas con Podemos. "Quien entienda que el cambio es algo diferente a cambiar las caras y los nombres e implica cambiar las políticas, podrá entenderse con nosotros. Quien entienda que de lo que se trata es de generar un nuevo recambio, no podrá entenderse con nosotros", resumió.

Aplicando esta receta a Andalucía, avisó a Susana Díaz que las tres exigencias para permitir su investidura no son "negociables". Las exigencias son las siguientes: que la Junta no trabaje con bancos que desahucien, reducción de altos cargos y que Chaves y Griñán entreguen sus actas de diputado y senador, respectivamente.