Diego Torres, el exnúmero dos de Iñaki Urdangarín, acusó ayer, en su recurso de reforma contra su imputación y la de su esposa, Ana María Tejeiro, por un rosario de delitos, a don Juan Carlos de apoyar, "buscar clientes" y avalar todas las actividades del Instituto Nóos, la entidad sospechosa de desviar millones de fondos públicos. Torres y su mujer se definen como simples peones cuyo papel en los hechos es "insubstancial", mientras que Iñaki Urdangarín fue el "gran controlador" y el "conseguidor", gracias a su pertenencia a la Familia Real.

El exsocio de Urdangarín vuelve a echar mano de su arsenal de correos incriminatorios y, tras aludir a gestiones del anterior jefe del Estado para impulsar el proyecto "Ayre" (un segundo equipo de vela española en la Copa de América), se pregunta: "¿Y la Casa de Su Majestad el Rey (don Juan Carlos) no sabía nada y él tampoco?

La respuesta viene a continuación: "Si el Rey le buscaba hasta clientes ¿cómo no iba a estar al caso si participaba de forma directa?". El recurso resume la principal línea de defensa: "¿Pero cómo puede pretender el auto del 25 de junio del 2014 que la Casa Real se alerta varios años después y les mandan a José Manuel Romero (conde de Fontao, asesor de don Juan Carlos)? No es que no lo supieran, ni que se alertaran, sino que intervenían, de manera que ¿cómo, con estos mimbres, puede pretenderse que Diego Torres y Ana María Tejeiro pudieran pensar que algo anómalo se estaba cociendo en Nóos, si hasta el propio Rey, según Urdangarin, le conseguía citas?".

El recurso argumenta que el matrimonio Torres-Tejeiro actuó convencido de que los contratos de Nóos con las Administraciones Públicas eran legales, puesto que venían favorecidos, apoyados y fiscalizados por la Casa Real.

El escrito recuerda que, tal y como ha reconocido Urdangarín, los servicios secretos (el CNI) "hacían copias de todo el contenido de los ordenadores (de Nóos), entendiendo que sería para algo, esto es, para control y validación, que no para coleccionar elementos de archivo". Frente a la nula capacidad de influencia de los Torres, el duque "comandaba", "era el verdadero controlador". El cuñado de Felipe VI habría movido todos sus hilos de influencia ante Francisco Camps, Jaume Matas y Rita Barberá para conseguir financiación de sus proyectos.

"Si quienes gestionaban eran las autoridades y funcionarios públicos, si las entrevistas se mantuvieron entre éstos y Urdangarín en Marivent, al parecer patrimonio del Estado, del que disponían a su antojo Urdangarín y su esposa la infanta Cristina, la hija del entonces Rey y vocal del Instituto Nóos, ¿cómo se puede sostener sin rubor que la Casa Real no sabía Nada?, se pregunta en el recurso.