El Rey Juan Carlos y el Príncipe Felipe llegaron ayer juntos al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial vestidos ambos con el uniforme del Ejército de Tierra para presidir la ceremonia de condecoraciones del Capítulo de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, una distinción militar y una orden de caballería española creada por Fernando VII al terminar la Guerra de la Independencia en 1814.

La cruz de San Hermenegildo se otorga a los 20 años de servicio, la encomienda a los 25 y la placa a los treinta, en tanto que la gran cruz está reservada a generales y oficiales.

Al acto castrense en El Escorial, Don Juan Carlos, seguido de su hijo, el futuro Rey Felipe VI, llegó caminando apoyándose de su bastón, como se le ha visto en estas últimas semanas. Ambos accedieron a la Lonja del monasterio entre la expectación de gran número de vecinos y turistas y gritos de "Viva el Rey" para asistir a los actos militares. El Rey -con gesto relajado y sonriente- y el Príncipe de Asturias, que le sucederá dentro de unos días como jefe del Estado y jefe supremo de las Fuerzas Armadas, saluraron al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y al resto de autoridades presentes, antes de seguir la ceremonia de pie desde una tribuna de honor emplazada en la entrada principal al monasterio.

El jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, Jaime Domínguez Buj, el del Ejército del Aire, Francisco Javier García Arnáiz, y el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, figuraban entre las autoridades junto a la subsecretaria del Ministerio de Defensa, Irene Domínguez Alcahuz, mientras el ministro Pedro Morenés asistía a la reunión extraordinaria del Ejecutivo sobre la abdicación. La ceremonia, salpicada de vivas al Rey, al Príncipe y a España procedentes de los espectadores que presenciaban la celebración detrás de las tribunas dispuestas para los invitados, duró una media hora y, a su término, Don Juan Carlos y Don Felipe dirigieron a los asistentes un saludo

Por la tarde en una breve conversación con los periodistas que asistieron en el Palacio de la Zarzuela a su audiencia con el presidente del grupo Volkswagen, el alemán Martin Winterkorn, Don Juan Carlos se mostró muy agradecido por las muestras de cariño que está recibiendo desde que anunciara el lunes su abdicación y ha reconocido sentirse emocionado por el afecto que le está llegando de los españoles, a los que ha animado a "seguir adelante". Visiblemente emocionado, el monarca ha dicho a los informadores que la gente está siendo "muy amable" y "muy simpática".