El Rey Juan Carlos y el sultán de Omán, Qabus bin Said, inauguraron ayer con una reunión en el Palacio de Al Alam la agenda de la primera visita oficial del monarca español a Mascate en casi treinta años y examinaron las prioridades para impulsar la cooperación económica bilateral en diversos sectores.

El monarca fue recibido por el sultán con una bienvenida oficial en Al Alam nada más llegar a Mascate, ciudad en la que abrió ayer la agenda de una visita a Omán y Baréin que constituye el segundo de sus cuatro viajes a los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y en la que le acompañan tres ministros, tres secretarios de Estado y una quincena de empresarios.

A su llegada al aeropuerto de la capital, le aguardaba un comité de bienvenida encabezado por el influyente príncipe Haitham Tariq al Said, ministro de Patrimonio y Cultura, y del que formaban también parte los titulares de Exteriores y Comercio. A esta reunión siguió una entrevista entre don Juan Carlos y el veterano sultán Qabus -en el poder desde hace 44 años, cuando depuso a su padre, Said- en la que mostraron su satisfacción por su reencuentro, analizaron la marcha de las relaciones bilaterales y repasaron el marco general de las iniciativas de cooperación que se desea impulsar.

Aunque los objetivos del viaje son fundamentalmente económicos, la entrevista celebrada esta tarde permite reforzar el diálogo político de España con un país estable y próspero, que ejerce la neutralidad activa en la región y que, bajo el liderazgo del sultán Qabus, rompió su aislamiento para embarcarse en un ambicioso proceso de desarrollo y modernización.

En este foro participará la delegación empresarial que acompaña al Rey, encabezada por la patronal CEOE y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, de la que forman parte presidentes y altos ejecutivos de una quincena de empresas, así como los ministros Pedro Morenés (Defensa), Ana Pastor (Fomento) y José Manuel Soria (Industria, Energía y Turismo).

Además de aprovechar los notables recursos de Omán en petróleo y gas -sector que aporta al Estado más del 80 por ciento de sus ingresos y cuyo desarrollo prevé inversiones por más de 50.000 millones de dólares en diez años- las empresas españolas pueden beneficiarse de los planes para la reforma del sector eléctrico, la mejora de los recursos hídricos y el tratamiento de residuos.