El lendakari, Íñigo Urkullu, advirtió ayer al Gobierno de que el "nuevo estatus político" que él quiere dar al País Vasco solo deja a "Madrid dos alternativas": volver a decir "no" y "dilatar el problema" o "aceptar que España ya no es una". En su discurso con motivo de la celebración del Aberri Eguna (día de la patria vasca), Urkullu se esforzó en conectar sus reclamaciones con las de los soberanistas catalanes, y llamó a Mariano Rajoy a aceptar la idea de que la Constitución "no puede ser una jaula".

En un eco de las quejas de los promotores de la consulta catalana, el lendakari se lamentó de que "en España" solo sepan "decir no". Pero en el PNV, advirtió, "no vamos a parar, no nos vamos a resignar". Y reclamó un "nuevo modelo de Estado" que propicie la "convivencia" de "realidades nacionales" como las de Euskadi y Cataluña.

Urkullu desgranó entonces su proyecto -que esbozará la ponencia de autogobierno creada recientemente en el Parlamento de Vitoria- y declaró llegada la hora del "diálogo" y la "negociación para un acuerdo político a la altura de este nuevo tiempo".

Este "nuevo tiempo" lo definió Urkullu como una etapa en la que el Gobierno debe "abrir los ojos a la realidad" y "aceptar que los tiempos de "una, grande y libre" quedaron atrás", al existir "realidades nacionales diferentes". Si no, se "aplaza" y se hace el problema "más grande", avisó.

Para que esto no ocurra, el líder del PNV ofreció lo que llamó la "fórmula democrática" vasca, consistente en "diálogo, negociación, acuerdo y ratificación", que es "la alternativa que en Europa se abre paso desde la base, la de Escocia, Flandes, Cataluña y Euskadi".

Europa centró las siguientes líneas del discurso de Urkullu, que no hizo en ellas mención alguna a las advertencias hechas por la Comisión Europea a la Generalitat: si Cataluña se independiza, quedará fuera de la UE. "Estábamos aquí antes del nacimiento de los Estados, el pueblo vasco seguirá en Europa, Euskadi va a crecer en Europa", donde, arengó, "está nuestro desafío como nación".

Con el mismo tono, el presidente del PNV, Andoni Ortúzar, se quejó de que Rajoy conteste "con el puño" a la "mano tendida" del PNV y de que el Gobierno les niegue "la pan y la sal". Así, dijo, la única opción que le queda a su partido es "apelar a Europa" para que "se implique directamente en la búsqueda de una solución para Euskadi y Cataluña".

Sin embargo, la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, le recordó que, frente a las "ensoñaciones" nacionalistas, Europa "no quiere que se separe nadie, sino ser cada día más grande e influyente".