El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha anunciado hoy la puesta en marcha, con carácter de urgencia, de mejoras en la valla de Melilla, al igual que en las instalaciones de Ceuta, con una inversión de 1.500.000 euros, al tiempo que ha descartado la presencia del Ejército para reforzar el trabajo de la Guardia Civil, como ocurrió en el 2005.

En una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Asamblea de Melilla, el ministro ha anunciado una inversión de 1.500.000 euros para mejorar la eficacia de la valla y poder hacer frente a la presión migratoria que sufre la ciudad, comparable a la de hace ocho años.

Las medidas supondrán la colocación de una malla "antitrepa" en unos quince kilómetros del perímetro, tanto en la valla interior como en la exterior, la colocación de tres torres donde se van a instalar tres cámaras térmicas de vigilancia y la eliminación de unos elementos del vallado, los flejes, que actualmente ayudan a los inmigrantes a dar el salto.

Preguntado por la posibilidad de reforzar la vigilancia con la presencia del Ejército, como ocurrió en el año 2005, en la conocida como "crisis de la valla", el ministro ha apuntado que "no es voluntad del Gobierno" tomar dicha medida, que sí adoptó el Ejecutivo socialista.

La visita al CETI ha sido uno de los momentos que más revuelo y confusión han generado de todos los actos convocados en la agenda prevista para hoy por el ministro durante su visita a la ciudad autónoma. Al llegar, el ministro ha visitado algunas de las zonas del CETI, donde se han tenido que instalar más de una decena de tiendas de campaña, donadas en principio por el Ejército y sustituidas ahora por otras que Cruz Roja tiene desde el 2005, el año de las avalanchas.

El centro alberga a casi 1.300 inmigrantes cuando su capacidad teórica es de 480 personas. El grupo mayoritario, de acuerdo a su nacionalidad, es de los procedentes de Mali, con unas 270 personas, seguidos por los de Guinea Conakry, y los sirios, que suman alrededor de 150, entre adultos y menores.

También ha aludido el ministro a que las concertinas, los alambres de cuchillas que tanta polémica han despertado, no han sido instaladas por el Gobierno del PP, ya que, cuando tomó posesión en diciembre de 2011, ya estaban colocadas en todo el perímetro de Ceuta y de Melilla, excepto en 2,5 kilómetros, que es donde se han repuesto.

Ha insistido en que se trata de un elemento pasivo, no agresivo, que tiene una finalidad disuasoria y que cumplen con todos los requisitos de legalidad.

Según Fernández Díaz, el tratamiento de la inmigración como un asunto de Estado es "compatible" con cualquier investigación que se demande, en alusión a la solicitada tras la tragedia en la frontera de Ceuta hace justo un mes, en la que murieron quince inmigrantes.

El ministro también ha resaltado la necesidad de mantener la colaboración actual que presta Marruecos "codo con codo" y que hoy mismo ha evitado la entrada a Melilla de un coche kamikaze con inmigrantes.

Para Fernández Díaz, la colaboración actual de Marruecos es "imprescindible", no sólo para la lucha contra la inmigración ilegal, sino para hacer frente a "otras amenazas".

Además, ha defendido la legalidad de las que él considera como mal llamadas "devoluciones en caliente", un término que no existe, y ha explicado que lo que se hace es un rechazo en frontera, un término operativo fijado en el 2005 y que el Gobierno actual comparte, al considerar que está amparado en la legalidad vigente.

Antes de llegar al CETI, Fernández Díaz ha recorrido el perímetro fronterizo, empezando por el puesto de Beni Enzar, el principal de los cuatro pasos habilitados que existen entre Melilla y Marruecos.

Allí, el ministro ha saludado y hablado con las autoridades aduaneras marroquíes, a las que ha agradecido su trabajo y su colaboración, y con las que ha posado ante los periodistas, en una foto que ha calificado como "histórica".

En este puesto, Interior prevé iniciar de manera inminente unas obras, que ya han sido adjudicadas, y que tienen como objeto mejorar tanto la fluidez como la seguridad del tránsito fronterizo.

Tras Beni Enzar, Fernández Díaz se ha dirigido a la valla, con una parada en la zona de Villa Pilar, uno de los puntos habituales elegido por los inmigrantes para sus asaltos.

Los casi once kilómetros de perímetro que tiene Melilla están custodiados por un triple obstáculo, un doble vallado al que se suma, en medio de las dos verjas, un entramado de cables de acero entrelazados denominado sirga tridimensional.

La sirga se instaló tras las avalanchas del año 2005 y durante años fue un obstáculo prácticamente infranqueable, pero actualmente es superado con relativa facilidad por los inmigrantes, hasta el punto de que la pasada semana una menor camerunesa se convirtió en la primera mujer en saltar la valla de Melilla.

La valla cuenta con las polémicas concertinas, el alambre de cuchillas retirado de la parte alta del perímetro en 2007, pero que siempre ha permanecido en la zona que da a Marruecos, menos visible.

El coronel jefe de la Guardia Civil, Ambrosio Martín Villaseñor, ha ido explicando a Fernández Díaz las peculiaridades de la valla, incluida la zona en la que se colocará la malla "antitrepa", anunciada ayer en Ceuta por el ministro.

El último acto de la agenda del ministro, antes de comparecer en rueda de prensa, es una reunión en la Delegación del Gobierno con los máximos responsables de la Policía y de la Guardia Civil.