Los miembros de ETA Josu Ternera, David Pla e Iratxe Sorzabal han abandonado Noruega al no haberse renovado los permisos para que permanecieran en ese país ante la ausencia de "gestos" que demostraran su voluntad de avanzar en el proceso de paz, como esperaban los verificadores internacionales.

Así lo han explicado a Efe fuentes de la lucha antiterrorista, que han indicado que el Gobierno noruego les dio de plazo entre el 10 y el 15 del pasado mes de febrero para abandonar el país y ellos salieron de Oslo el día 12, probablemente para regresar a Francia.

La salida de la dirección de ETA de Noruega, que ha adelantado hoy la Candena SER, se debe a la falta de avances en el proceso de interlocución con los verificadores internacionales que, tras las reuniones mantenidas con ellos, esperaban que la banda demostrara de alguna forma su voluntad de avanzar en el proceso de asentar definitivamente la paz.

De hecho, en las fechas en que los tres etarras tuvieron que abandonar el país fuentes policiales y dirigentes políticos como el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, desvelaron a Efe que ETA podría hacer en cuestión de "días o semanas" una "entrega parcial de armas".

Sin embargo, no se produjo ningún movimiento de este tipo y la llamada Comisión Internacional de Verificación del alto el fuego en el País Vasco (CIV), que lidera Ram Manikkalingam, acudió a Euskadi el 20 de febrero para mantener distintos contactos con representantes políticos y agentes sociales en Euskadi.

Al concluir su visita, advirtieron de la necesidad de dar "nuevos pasos" para generar confianza y "aprovechar esta oportunidad histórica".

No obstante, fuentes de la lucha antiterrorista aseguran que los llamados verificadores sí esperaban algún tipo de gesto por parte de ETA y que ahora probablemente no regresarán a Euskadi hasta pasado el verano a la espera de que ETA adopte otra actitud.

Estas fuentes creen que la organización terrorista podría haber hecho algún movimiento "simbólico" si se lo hubiera exigido el Gobierno noruego para prorrogar su estancia en el país durante otros seis meses, pero no ha sido así.

Además, las fuentes de la lucha antiterrorista creen que los tres dirigentes etarras están condicionados por los problemas internos en la banda, ya que una posible entrega simbólica de armas podría generar una escisión, no sólo en ETA sino en Sortu, la nueva formación legal que agrupa a la izquierda abertzale.

Como muestra de las distintas voces que existen dentro de ETA, el pasado 18 de febrero, justo cuando los "verificadores" de Manikkalingam estaban en el País Vasco, uno de los etarras con posiciones más duras, Garikoitz Aspiazu Rubina, "Txeroki", lamentó en un juicio en París en nombre de la organización terrorista "el daño causado" por sus acciones pero únicamente el que afectó a quienes "no tenían nada que ver" con el "conflicto vasco".

Ante esta situación y tras su salida de Noruega, los tres etarras deberán adoptar ahora las decisiones que consideren más oportunas si desean avanzar en el proceso paz.

No obstante, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha advertido hoy de que los terroristas de ETA y su cúpula serán perseguidos, detenidos y puestos a disposición de la Justicia "allá donde se encuentren".