La comisaria se felicitó hoy por el hecho de que la capital catalana haya sido designada por los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión por el Mediterráneo (UPM), para albergar la sede de la secretaría general.

"Es una elección lógica", dijo Ferrero-Waldner, para quien "Barcelona es la sede natural de un proceso que ha llevado su nombre y que culmina hoy en la Unión por el Mediterráneo".

En unas declaraciones tras la reunión de ministros de Exteriores en Marsella (Francia), la comisaria resaltó que ya habían sido acordados todos los asuntos pendientes, además de la sede: la figura del secretario general, las cinco subsecretarías y el papel de la Liga Árabe.

"Hoy es un buen día para Barcelona y para el Mediterráneo, es una buena elección y lo importante es que se vaya trabajando en ella", dijo la comisaria.

Respecto a los otros puntos del acuerdo, Ferrero-Waldner explicó que la Liga Árabe estará en todas las negociaciones, "lo que llevó a una larguísima negociación", y que el secretario general le corresponderá a un país del sur del mediterráneo.

En cuanto a las cinco subsecretarías, Ferrero-Waldner informó de que corresponderán a Israel, Palestina, Italia, Grecia y Malta, país éste que se presentó como candidato a la sede que finalmente ha ido a parar a Barcelona.

La comisaria también confirmó el cambio de nombre del proceso, una iniciativa que, a su juicio, tuvo España al ganar la sede para Barcelona.

A partir de ahora, el nombre será Unión por el Mediterráneo y dejará de incluir la frase "Proceso de Barcelona".

La comisaria precisó que también han quedado fijados los objetivos para la puesta en marcha del secretariado y su funcionamiento efectivo en 2009.