El presidente del Gobierno en funciones y candidato a la investidura, José Luis Rodríguez Zapatero, invitó ayer al líder de la oposición, Mariano Rajoy, a emprender la nueva legislatura mirando hacia el futuro, olvidando los enfrentamientos de la pasada y dando a los españoles "cuatro años de calma" y de acuerdos en los asuntos de Estado.

"Debemos a los españoles cuatro años de calma, de serenidad, de más diálogo, de más entendimiento, de más confianza y de más responsabilidad. Mi compromiso ante toda la Cámara y ante toda la ciudadanía es firme. Trabajaré por esos cuatro años de serenidad, de diálogo, de entendimiento y de progreso", concluyó Zapatero su segundo y último turno de réplica tras la intervención de Rajoy en el debate de investidura.

El jefe del Ejecutivo en funciones aseguró que está dispuesto "a mejorar los esfuerzos y a corregir errores". El líder del PP, que expresó su desconfianza sobre los planes de Zapatero, respondió que está dispuesto a hablar "de terrorismo, de (modelo de) España, de financiación autonómica, de justicia, de Pacto de Toledo y de política exterior".

"Pero estoy dispuesto a hablar en serio y si usted me llama yo iré pero usted tiene una gran responsabilidad", advirtió Rajoy, que reprochó al candidato a la investidura que sólo busque el consenso del PP "cuando lo dice la ley" y en cambio haya modificado la ley orgánica del Tribunal Constitucional sin acuerdo con el PP, al igual que los nombramientos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Zapatero, por su parte, invitó al líder popular a dejar atrás la cuestión de quién es responsable de la situación del CGPJ-"es nuestra, porque lo teníamos que haber renovado", dijo- y afirmó que no valoraría la posición del PP en materia antiterrorista la pasada legislatura. En cambio, pidió a todos los partidos que en el diálogo que se abrirá "en las próximas semanas", pese más el futuro y "las ganas de acabar con ETA" que los enfrentamientos del pasado.

En materia de reforma de la Justicia, Zapatero dijo ver "elementos de coincidencia" con Rajoy en la necesidad de una "modernización radical" que consideró pendiente desde la transición. Así, insistió en su compromiso de reformas y pidió a todos un "acuerdo urgente" para renovar el CGPJ y acordar medidas legales para modernizar la administración. "¿Están dispuestos?", preguntó Zapatero al PP, y les recordó que para esta tarea son "imprescindibles".

Zapatero reiteró su oferta de compromiso en materia antiterrorista, usando todos los medios del Estado y en defensa del orden constitucional "para terminar con ETA, que sólo tiene una expectativa, el abandono de la violencia incondicionalmente".

Rajoy recalcó que él quiere "un pacto para derrotar a ETA". "Cuando alguien quiere echar como es usted a la alcaldesa de Mondragón yo digo que sí sin pedir nada a cambio. Y quiero pactar con usted el modelo de Estado y quiero que los Estatutos como se hizo siempre en España no se excluya ni a ustedes ni al P", añadió.

Así, aseguró creer "en los acuerdos y en los pactos de Estado" pero advirtió que no será tal el acuerdo que se haga sin la concurrencia del PSOE o el PP. Además, emplazó a Zapatero a "no manipular" sus palabras para "hacerse el simpático", después de que el dirigente socialista acusara al PP de alcanzar "pactos de Estado" como la financiación autonómica sólo con CiU cuando, en 1996, necesitó el apoyo de los partidos nacionalistas para gobernar.

Zapatero estuvo de acuerdo en que los partidos mayoritarios tienen especial "responsabilidad", pero insistió en que en un Pacto de Estado deben estar incluidos los que representan "identidades e ideologías" y puso como ejemplo "el gran pacto de Estado es el pacto constitucional".

Nacionalistas

Así, recordó al PP que los socialistas han estado en todos los pactos de Estado desde 1977 y que siempre han trabajado para entenderse con las fuerzas nacionalistas y minoritarias. "Porque nosotros sí tenemos una idea de España y una lealtad plena al pacto constitucional", añadió.

Zapatero consideró "absolutamente legítimo" que el PP vote no a la investidura "a pesar de lo que dijo en la campaña", que si él ganaba pediría al PSOE que se abstuviera.

A pesar de los deseos de acuerdo, el tono fue duro y el candidato y el líder de la oposición se enfrentaron en varias ocasiones y en especial en su diagnóstico de la situación económica, de la inmigración y en la gestión de la política del agua.